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de contexto permitirán que en algunos campamentos
se desarrollen iniciativas que incluían la modificación de
los contenidos del currículum e intentos de autogestión
o autoadministración de las escuelas desde las propias
comunidades
22
. En otros lugares, los propios pobladores del
campamento fueron quienes se movilizaron para conseguir
el mobiliario adecuado y los elementos propios de una
escuela.
4.La crisis de la escuela de masas en los márgenes
de la ciudad de Santiago
  La demanda por nuevos locales para la enseñanza fue
adquiriendo, para los distintos gobiernos, el carácter de
un problema masivo de primera importancia
23
. Aun más,
el problema tendería a agudizarse si no se encontraban
soluciones masivas, racionales y de bajo costo, con el objeto
de dar un uso intensivo y planificado a los edificios con que
se contaba o pudiera contarse en el futuro .
  La Sociedad Constructora de Establecimientos
Educacionales (S.C.E.E.) era la encargada de levantar los
locales escolares requeridos, tanto públicos como privados,
en todo el territorio nacional desde 1937. Hasta hacía poco
tiempo, antes de pensar en “soluciones masivas”, cada local
se concebía como una obra única, no repetitiva, ejecutada
con procedimientos artesanales en un prolongado lapso de
duración. Pero la alta demanda durante el período analizado
22.Quevedo, S. y Sader, E. (1973), “Algunas consideraciones en relación
a las nuevas formas de poder popular en las poblaciones”, en
EURE
, Vol.
III, n° 7, abril 1973. Los autores sostienen que estas iniciativas fueron de
corta duración y tuvieron el propósito fundamental de ejercer presión sobre
las autoridades educacionales. Asimismo, surgen también experiencias de
autoadministración en el plano de la justicia, la salud, etc.
23.Revista Auca, N° 19, 1970, p. 45.
exigió un cambio radical de orientación, obligando al estudio
de sistemas tipificados, llegándose a la estandarización de
los elementos constructivos
24
.
  En las poblaciones y campamentos de todo Santiago
se hacía imperiosa la construcción de nuevos espacios
educativos, no sólo por las comunidades que lo demandaban
desde hace meses o años, sino también, y de modo muy
apremiante, porque – como se ha mencionado – las tomas
de terreno seguían ocurriendo por toda la ciudad. Entre
1969 y 1970 la Sociedad Constructora de Establecimientos
Educacionales había construido 146 nuevos locales y 9
ampliaciones en educación básica. Sin embargo, el problema
seguía siendo apremiante, ya que en 1970 se estimaba
que el 33% de los niños en edad escolar no ingresaba a la
escuela básica por falta de locales escolares
25
.
  Según ha señalado Iván Núñez, entre 1970 y 1973 la
matrícula del sistema de educación formal experimentó un
incremento sin precedentes
26
. Por lo tanto, apenas asumido
el gobierno de Salvador Allende, el Ministerio de Educación
solicitó los estudios necesarios para determinar la matrícula
real para el año escolar 1971.
  Las nuevas autoridades del nivel central enfrentan una
compleja realidad al comenzar el año escolar 1971, pues
la escolaridad alcanzó un 95% ese año. Según palabras
del propio Ministerio de Educación, “la población en edad
escolar en la enseñanza básica, o sea la comprendida entre
6 y 14 años, ascendió en el año 1970 a 2.400.000, de ellos
24.Ibíd., p. 47.
25.Ibíd.
26.Núñez, I. (2003),
La ENU entre dos siglos. Ensayo histórico sobre la
Escuela Nacional Unificada
, Lom – Centro de Investigaciones Diego Barros
Arana, Santiago.
1...,44,45,46,47,48,49,50,51,52,53 55,56,57,58,59,60,61,62,63,64,...268