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  Hacia 1967, entonces, ya era indudable que las
esperanzas sostenidas en el programa modernizador
del presidente Frei se habían topado con límites que le
impedían profundizar el proceso. Los propios procesos
de otorgamiento de terrenos, como la ‘operación sitio’, no
consiguieron sus propósitos y, por este medio, sólo se
había logrado satisfacer las necesidades del 10% de las
familias inscritas
12
. La Promoción Popular y su despliegue
de apoyo social derivaron, sin pensarlo, en una potenciación
del movimiento de pobladores, que “más que hacerse
dependiente del Estado, ganó en autonomía e incrementó
la presión sobre el Ministerio de la Vivienda, también hacia
fines del gobierno de Frei”
13
. De este modo, “el fracaso
de estas políticas promocionales abriría el campo para la
acción de partidos y movimientos más radicalizados”
14
. En
suma, a lo largo de la década de los ’60 las condiciones
estructurales del país no se habían modificado en lo
sustantivo. Sin embargo, un cuadro político diferente se
avizoraba para las elecciones de 1970, donde una base
social movilizada resultaba mucho más favorable para las
fuerzas de izquierda.
  En este contexto, y producto de tales condiciones
políticas y sociales, una nueva oleada de tomas de terreno,
que compromete a una importante cantidad de familias,
irrumpe el espacio urbano con sus demandas y expectativas.
Así lo describe Vicente Espinoza:
“Es en este cuadro que hay que entender el vasto
proceso de tomas de terreno que cambiaría la fisonomía
urbana de Santiago. Entre 1967 y 1972 se realizó un
12.De Ramón, A. (2007), Op. Cit.
13.Garcés, M. (2005), “Construyendo “las poblaciones”: el movimiento de
pobladores durante la Unidad Popular”, en Pinto, J. (Coordinador-editor)
(2005),
Cuando hicimos historia. La experiencia de la Unidad Popular,
Editorial Lom, Santiago, p. 62.
14.De Ramón, A. Op. Cit., p. 248.
total de 312 tomas, que involucraban a 54.710 familias.
Un 10 por ciento de la población de Santiago consiguió
acceso a tierra urbana por medio de este expediente, que
no sólo se concentró en Santiago, sino que se extendió
hacia las provincias. Terrenos intersticiales, así como
terrenos agrícolas adyacentes, se vieron súbitamente
invadidos por estos asentamientos denominados
‘campamentos’”
15
.
  El historiador Mario Garcés también se detiene en 1970
para caracterizar el escenario metropolitano y al movimiento
de pobladores que recibe al nuevo gobierno tras años de
aprendizaje por la ciudad:
“El triunfo de Salvador Allende y la Unidad Popular
se produjo con un movimiento de pobladores en alza,
vigoroso y multifacético, que hacía los más diversos
aprendizajes sociales y políticos en el territorio, en el
acto de poblar, de construir y de refundar la ciudad de
Santiago, dejando atrás el pasado de “allegados” o de
los conventillos y las poblaciones callampa”
16
.
  Prontamente, ya asumido el gobierno de la Unidad
Popular, en diciembre de 1970 se crea el Subdepartamento
deCampamentos al interior de la Corporación de la Vivienda,
a partir del cual se espera dar respuesta a las necesidades
de los pobladores incorporándolos al diseño de las políticas
y a la definición de proyectos específicos. Se establecieron,
15.Espinoza, V. (1988),
Para una historia de los pobres de la ciudad,
Ediciones Sur, Santiago. Mario Garcés también señala una cifra similar para
el período; según él, “un estudio realizado durante la Unidad Popular mostró
que entre 1969 y 1971 se pudieron contabilizar 312 tomas, de diversa
magnitud, que dieron origen – junto a los planes de vivienda estables, pero
bajo presión popular – a la mayor parte de las poblaciones del Santiago del
último tercio del siglo XX”. C Cfr. Garcés, M. (2005), Op. Cit., p. 59
16.Garcés, M. (2005), Op. Cit., p. 63.
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