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mejoras pertinentes y especializadas en relación a su propio
contexto.
5.3.Criterio Nº3: Realizar Prácticas Pedagógicas
Potenciadoras
  A partir de la reflexión y análisis de la experiencia
implementada, evidenciamos que para generar un proyecto
de escuela que apunte a potenciar la indeterminación del
ser humano, no basta sólo con tener una Imagen de Infancia
potenciadora, si no existen prácticas pedagógicas que
permitan trabajar desde la complejidad. Finalmente, son
éstas últimas las que permiten concretar la filosofía de Loris
Malaguzzi.
  Entendemos por prácticas pedagógicas potenciadoras,
aquellas acciones realizadas por el educador para
complejizar la interacción, el entendimiento y el desarrollo
de sus estudiantes, que buscan expandir los logros posibles
de alcanzar, y cuyos objetivos no necesariamente están
definidos de antemano, sino que buscan acompañar el
proceso de los estudiantes. Éstas prácticas se traducen
en la movilización de toda clase de estrategias que
intentan apuntar a la diversificación de la exploración, el
cuestionamiento, el asombro, la motivación y los aprendizajes
de los niños. Las prácticas pedagógicas potenciadoras
son concebidas desde un comienzo, como un medio para
el desarrollo y no constituyen, en ningún caso, un fin en sí
mismo. Además, necesitan contar con tiempos ilimitados,
con la intención de dar libertad de acción a los niños,
y no constreñirlos en ritmos y rutinas que no estén en
concordancia con sus momentos de desarrollo e intereses;
sin las limitaciones que el adulto impone a los niños desde
su cultura y obligaciones profesionales. Asimismo, requieren
de un educador que experimente constantemente con su
propia profesionalización práctica, es decir, que sea capaz
de probar una y otra vez nuevas estrategias educativas con
sus estudiantes.
6.Conclusiones
  Unaimagendeinfanciaenriquecidaestánecesariamente
vinculada a un proyecto teórico-práctico que desacredite la
asimetría entre un niño débil, carente, vulnerable, y un adulto
fuerte, sabio y autoritario, pues una identidad profesional
cargada de palabrería académica e intelectual, sin una
práctica coherente y contextualizada, presenta imágenes
infantiles amorfas, ficticias y desvirtuadas. “La sintonía y
concordancia entre teoría y praxis educativa conforma la
ética pedagógica de Loris”
8
.
  Desarrollar la actitud pedagógica investigativa en
los educadores contribuye a dar un giro al rol dirigente y
ejecutor del educador que tradicionalmente se instala en el
aula, permitiendo, a través de las constantes investigaciones,
aproximarse a los niños con respeto y admiración a su
desarrollo y sus formas particulares de interrogar y explicar
el mundo. Así, se genera una relación horizontal, de
mediación, entre educador y niño, la que busca provocar
constantemente las complejidades de la Infancia.
  Realizar cambios de la Imagen de Infancia es un proceso
arduo y lento, pues las representaciones construidas
personal y socialmente a lo largo de la vida son muy difíciles
de desechar; están profundamente imbricadas en el ser
de cada individuo, y buscan emerger permanentemente,
a través de distintas acciones, pensamientos y discursos
hacía los niños. Es por ello que para transformar la Imagen
de Infancia de los educadores, se requiere, en una primera
instancia, tener consciencia de la complejidad de cada ser
humano, de lo incierto y divergente de sus procesos y de
lo infinito de sus posibilidades, para luego, en un segundo
momento, entrar en diálogo y confrontación permanente de
visiones e interpretaciones con otros, pues el proceso de
8.Hoyuelos, A. (2004), Op. Cit., p. 68.
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