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estudiantes de Educación Parvularia y Básica Inicial, cuyos
resultados finales fueron presentados en abril del 2011.
  Como mencionamos anteriormente, primero realizamos
un estudio de casos, utilizando una relación comparativa en
dos centros educativos que declaraban incorporar algunos
matices de la filosofía educativa de Loris Malaguzzi y, a partir
de ello, quisimos conocer qué distinciones existen entre
una práctica pedagógica sustentada en los fundamentos
esenciales de la propuesta filosófica pedagógica de Loris
Malaguzzi y una práctica pedagógica tradicional. Desde esa
interrogante, buscamos elaborar lineamientos que, desde
nuestra experiencia, contribuyan a mejorar las prácticas
pedagógicas en el contexto educativo chileno. Para el
logro de dicho objetivo, se estudiaron en profundidad los
fundamentos esenciales que estructuran la propuesta
pedagógica de Loris Malaguzzi, a través de una revisión
bibliográfica; asimismo, se participó en una Escuela
Infantil Municipal del Ayuntamiento de Berriozar, España,
sustentada en la propuesta filosófica de Loris Malaguzzi,
y se implementaron prácticas pedagógicas orientadas
desde los principios esenciales de dicha propuesta, en un
Jardín Infantil público de la comuna de Puente Alto, Chile.
Posteriormente, se analizaron los contextos prácticos de
ambos centros educativos, considerando la propuesta
filosófica de Malaguzzi; y se relacionaron las observaciones
e intervenciones realizadas con las Unidades Temáticas
construidas, para luego proponer una serie de criterios
que, como alternativa, contribuyan a enriquecer la práctica
pedagógica de la Educación Infantil.
5.Hallazgos de la investigación
  Tras desarrollar cada uno de los pasos mencionados, el
principal hallazgo fue que existe una importante relación entre
la imagen de infancia que tiene el educador y las prácticas
pedagógicas que realiza. La principal distinción entre
una práctica pedagógica sustentada en los fundamentos
esenciales de la propuesta filosófica pedagógica de Loris
Malaguzzi y una práctica pedagógica tradicional, es la visión
indeterminada de ser humano, y el desarrollo de prácticas
educativas acordes con este principio.
  Entendemos por imagen de infancia, a todas aquellas
representaciones mentales que construimos social e
individualmente sobre la infancia. Todos poseemos una
imagen de infancia, la cual construimos a partir de nuestras
percepciones y concepciones adultas, así como de las
propias experiencias, recuerdos y apreciaciones que, como
niños, experimentamos los adultos
6
. Las particularidades
de nuestra propia imagen de infancia orientan las acciones
y la comprensión con y hacia los niños, evidenciándose a
través de diversas manifestaciones cotidianas en la escuela
como, por ejemplo, en las actitudes hacia los niños, las
prácticas pedagógicas, las planificaciones, las estrategias
de enseñanza, los recursos utilizados, el ambiente del
aula, la disposición de mesas y sillas. Todo ello expresa
la concepción y creencias sobre la infancia. Por lo tanto,
las experiencias y discursos que forjan los educadores,
provocan que cada uno eduque desde su propia concepción
de infancia, presentando acciones y estilos pedagógicos
tan diversos como contradictorios.
  Luego de comprender la complejidad y las implicancias
de dicho hallazgo, decidimos proponer tres criterios de
mejora que pueden contribuir a enriquecer las prácticas
pedagógicas de la educación de infancia de nuestro país,
las cuales presentaremos a continuación.
6.Sacristán, G. (2003),
El adulto construye al menor y al alumno: El alumno
como invención
, Ediciones Morata, Madrid, p. 23.
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