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  Ahora bien, un segundo hallazgo tiene que ver con que
existen diferencias a la hora de explicar el éxito y el fracaso
académico por parte de los encuestados. Considerando
las mismas categorías indicadas anteriormente, cuando
se comentan los resultados en la PSU, se mantiene la
preponderancia de los factores asociados al esfuerzo
individual y al capital cultural; no obstante, cuando se trata
de explicar los malos resultados, aumenta la explicación
ligada a la (mala) calidad del colegio, mientras que cuando
se busca explicar los buenos resultados, la referencia al
esfuerzo individual aumenta considerablemente. Podría
hablarse, en este sentido, de una cierta condescendencia
hacia aquéllos que no alcanzaron el éxito académico
necesario para ingresar a la Universidad de Chile y, además,
de una inconsecuente exacerbación del mérito individual de
los que sí lo lograron – es decir, de los propios encuestados,
en cuanto estudiantes de la universidad.
Gráfico 3
.¿Cuál crees es el factor que más explica los
malos/buenos resultados en la PSU?
  En el análisis de los índices construidos, tanto el
compuesto por frases que hacían referencia a la experiencia
personal como el construido a partir de frases propias de
la experiencia de los estudiantes en general, es posible
considerar un último hallazgo. Tal como se representa
en el gráfico siguiente, la preferencia por las opciones
meritocráticas aumenta considerablemente cuando se
habla “en general”, mientras que cuando se responde desde
la propia experiencia el discurso tiende a neutralizarse. Así,
se puede ver cómo, en el índice general, un 95,2% de
los encuestados son considerados muy o medianamente
meritocráticos en sus respuestas; en cambio, en el índice
personal, estas alternativas sólo representan a un 32,2%.
Gráfico 4
.Índices de meritocracia personal y general
  Se concluye entonces que la ideología del mérito opera
de mejor manera cuando se piensa en la experiencia de los
individuos en general (los otros) que cuando se responde
desde el ‘sí mismo’. Esto se explicaría porque es mucho más
factible ser consciente de la importancia de los factores
estructurales cuando ha sido evidente su influencia en la
trayectoria académica personal (“fui a un buen colegio, mis
padres me incentivaron a estudiar…”). En este sentido,
los individuos se percibirían como excepciones a la regla
meritocrática de que “el que quiere puede”, porque resultaría
incómodo asumir que la generalidad de los estudiantes ha
logrado acceder a la universidadpor los privilegios heredados
y, por lo tanto, reconocer que el espacio universitario opera
efectivamente como reproductor de desigualdades
15
.
15.Bourdieu, P. (2001),
La reproducción: elementos para una teoría del
sistema de enseñanza
, Popular, Madrid.
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