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que invierten los profesores y las profesoras en explicar
la materia, adaptándose a los diferentes ritmos que ellos
tienen e incluso, si es necesario, explicando de manera
personalizada hasta que todos logran entender y aprender.
  En tercer lugar, recalcan como positivo el hecho que
los profesores y las profesoras sean personas accesibles,
cálidas y amables, puesto que les permite entablar una
relación de mayor cercanía y una sensación de respaldo y
confianza, dentro de un medio habitualmente adverso:
“Los profes tratan de llegar a nosotros, en cambio en
la calle uno tiene que llegar a los profes. Acá son más
amables, tienen paciencia para soportarnos todo el rato
que estamos leseando. Igual hacen tareas, pero son
más amables y más pacientes”. (Joven, casa 2).
6.3.Comparación con otras experiencias educativas
  La mayoría de los jóvenes observa diferencias
significativas entre el colegio formal (“de la calle”) y la
propuesta educativa de ACHNU. Una de ellas es que las
clases de ACHNU son menos rígidas, en el sentido que los
jóvenes tienen mayor libertad dentro de la sala y pueden
tomarse algunas licencias como pararse si lo desean o ayudar
a otro joven que se encuentre más atrasado en la materia,
entre otras. Este último punto se debe a que aquí tienen la
posibilidad de realizar un trabajo más colectivo, donde los
compañeros pueden ayudarse entre sí, a diferencia de un
colegio tradicional donde la educación se desarrolla de un
modo más individualista:
“Por ejemplo, las salas de clases de la calle tienes que estar
todo el rato sentado, no puedes pararte, no puedes mirar
al del lado, y acá no po, puedes ayudar a otro, no te tienen
tanto rato sentado, te puedes parar y estirar las piernas,
varias cosas”. (Joven, casa 4).
  Un último rasgo singular de la propuesta de ACHNU
es que no se sienten estigmatizados por los compañeros
y los profesores y las profesoras. En el colegio se sentían
como niños o jóvenes anormales y muchas veces tenían
que aguantar que los discriminaran y/o maltrataran por ser
desordenados o “ladrones”. En cambio, aquí no se sienten
diferentes, sino que experimentan un trato de confianza y
respeto, especialmente por parte de los profesores y las
profesoras:
“Lo que pasa es que en la calle te discriminan por ser ladrón.
O sea, sales. ¿y quién va a querer tenerte en su colegio
sabiendo que estuviste preso por robar y todo eso? A mí
supo la sub-directora que yo había salido preso y me echó
del colegio po”. (Joven, casa 2).
7.Conclusiones
  En relación a la situación deseada, señalada en el
objetivo de la sistematización: Si con
jóvenes privados de
libertad -sin acceso a programas de educación formal-, se
implementa una propuesta pedagógica que haga efectivo
su derecho a la educación acorde a sus necesidades
socioeducativas, se logrará que aumenten su capacidad
de aprendizaje y desarrollen sus habilidades sociales que
contribuyan a su reinserción en la sociedad
, se puede
señalar que la práctica mostró que la propuesta pedagógica
que se está implementando es pertinente, considerando el
interés por participar de los jóvenes y el avance que han
experimentado en el proceso de aprendizaje. Es decir, se
logró reencantar a una parte significativa de los jóvenes con
el aprendizaje. La mayoría de ellos participó activamente en
las clases, donde mostraron una mayor autorregulación y
una mejor disposición ante el trabajo colaborativo.
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