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escasa, pues se asume que tiene un solo ejecutante
en la cotidianeidad de la vida en las aulas. Sin embargo,
desde hace algunos años, ha aparecido un concepto
que le reporta nuevos aires a la evaluación pedagógica.
Se trata de la evaluación compartida, que considera la
participación activa de los alumnos y alumnas en el este
proceso. En este contexto, el Doctor Víctor López Pastor
11
,
junto a otros académicos, ha estudiado, desde el campo
de la Educación Física, las implicancias educativas que
tiene la participación de los estudiantes en la evaluación.
Considerando previamente que esta forma de entender la
evaluación es transferible a otras materias del currículum,
sus conclusiones, estas nos hablan con claridad de una
mejora significativa en los aprendizajes de los estudiantes,
de un ejercicio de crítica y autocrítica permanente frente a
sus logros y aprendizajes y, finalmente, de una formación
basada en la autonomía y la democracia.
  La mejora en los aprendizajes es posible debido a que
la evaluación ya no es entendida sólo desde su función
sumativa. Antes de llegar a la calificación, los estudiantes
participan junto a sus profesores de un proceso en el que la
evaluación tiene un fuerte carácter dialógico, contribuyendo
a la formación de un espacio democrático; el alumno incide
en el proceso evaluativo, en el cual no sólo es partícipe
sino protagonista. De esta forma, el ser parte de la toma de
decisiones produce un involucramiento responsable de los
estudiantes en sus aprendizajes.
  Por otro lado, la evaluación compartida promueve el
ejercicio de la crítica y autocrítica, tanto por parte de los
docentes como de los estudiantes. Reflexionar en torno a
las fortalezas y debilidades del trabajo que realizan ambos
actores pedagógicos, repensar los criterios e instrumentos
11.López, V. (coord.) (2006),
La evaluación en educación física. Revisión de
los modelos tradicionales y planteamiento de una alternativa: la evaluación
formativa y compartida
, Miñó y Dávila, Buenos Aires.
de evaluación que se están aplicando en el aula y los efectos
que éstos tienen, se transforman en acciones que inciden
fuertemente en la formación humana de los estudiantes.
Cuerpo y mente no se desviven por el producto. Interesa
ahora definir, en forma dialógica y democrática, cuáles son
los procedimientos que ayuden al grupo a lograr aprendizajes
significativos.
  Si estamos de acuerdo en que día a día trabajamos
en el aula para la formación de ciudadanos libres, críticos y
con un alto espíritu democrático, la evaluación compartida
puede transformarse en un significativo aporte para alcanzar
estos fines, los cuales a nuestro juicio son los más relevantes
desde la educación.
2.Bibliografía
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La Evaluación en una Concepción de
Aprendizaje Significativo
, Ediciones Universitarias de Valparaíso,
Valparaíso.
Álvarez, J. M. (2009),
Evaluar el aprendizaje en una enseñanza
centrada en competencias
, en
Barnett, R. (2001),
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la Educación Superior, y la sociedad
, Gedisa, Barcelona.
Eisner, E. (1979),
The educational imagination
, Macmillan, New
York.
Gimeno, J. (comp.) (2009),
Educar por competencias, ¿Qué hay de
nuevo?
, Morata, Madrid.
López, V. (coord.) (2006),
La evaluación en educación física.
Revisión de los modelos tradicionales y planteamiento de una
alternativa: la evaluación formativa y compartida
, Editorial Miñó y
Dávila, Buenos Aires.
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