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preciso generar un proceso educativo que proteja al
individuo, tanto del conservadurismo, del individualismo
posesivo y de su contraparte colectivista: el corporativismo
económico. El desarrollo de este individuo, en las actuales
sociedades complejas, sólo es posible en la educación,
ya que durante el proceso educativo éste incorpora, en
su desarrollo particular, las ideas y costumbres de su
sociedad. “Pero esta síntesis sólo puede ser humanista
en la medida en que las nuevas condiciones se tomen
en cuenta y se conviertan en instrumentos para forjar una
vida libre y humana”
27
. En la sociedad contemporánea
ya no es posible la educación directa, la de los padres y
abuelos, es necesaria una educación mediada por la esfera
educativa institucionalizada, que debe crear ambientes
específicamente diseñados para el aprendizaje. Si la
educación es un mecanismo para perpetuar la existencia
del grupo, entonces, “la continuidad de toda experiencia,
mediante la renovación del grupo social, es un hecho literal.
La educación, en su sentido más amplio, es el medio de esta
continuidad de la vida”
28
.
  Se entiende, entonces, que el desarrollo de la
individualidad, mediado por el proceso educativo, se haga
en estrecha vinculación con la sociedad y no de espaldas
a ella; pues la conservación de la comunidad es el objetivo
primordial al que los individuos concurren. La educación
es el espacio en que convergen los fines individuales y
colectivos. La libertad necesaria para el mayor desarrollo de
las capacidades humanas no se realiza en el aislamiento,
se hace en relación y por mediación del colectivo al que
el individuo pertenece; en la disposición de un espacio
específico para la incorporación y desarrollo de los nuevos
sujetos. De ese modo, el liberalismo de Dewey supone un
individuo que no se opone a su comunidad, sino que se
27.Dewey, J. (2003), Op. Cit., p. 98.
28.Dewey, J. (2005),
Democracia y Educación
, Morata, Madrid, p.14.
desarrolla por mediación de ésta, y la educación es uno de
los elementos esenciales de esa mediación.
  La concepción economicista en educación es funcional
al corporativismo económico, que elimina la diversidad de
los individuos mediante la masificación. Es por eso que el
proceso educativo no puede estar diseñado sólo en función
de esa dimensión económica. Pues, si así fuera, se atentaría
contra el individuo mismo y, con ello, contra la comunidad
que le es consustancial. Una educación consistente con
la misión que Dewey le atribuye, no puede estar pensada
desde la unidimensionalidad del mercado. Por el contrario,
desde el tipo de liberalismo que este autor representa, la
función educativa está pensada
en
y
para
la democracia.
En
, porque la educación misma, en la escuela, debe ser
pensada como un entorno democrático.
Para
, porque
la educación lo es en función de la democracia que se
debiera manifestar en las distintas esferas sociales y en
la política misma. Según Dewey, la democracia “será una
farsa a menos que el individuo sea preparado para pensar
por sí mismo; para juzgar independientemente; para ser
crítico, para ser capaz de discernir las propagandas sutiles
y los motivos que la inspiran. La producción en masa y la
reglamentación uniforme se han desarrollado hasta tal grado
que la oportunidad individual ha disminuido. Ha de revertirse
la corriente. El
motto
(lema) debe ser: Aprender a actuar
con
y
para
los demás, mientras se aprende a pensar y juzgar por
sí mismo”
29
.
  En síntesis, frente a una educación concebida como
parte de una utopía económica que normaliza y masifica a las
personas, una educación pensada para las personas debe
ser concebida como un medio de integración a la sociedad,
que permite el desarrollo de
todas
las dimensiones humanas
al servicio de la comunidad en la que se vive, lo que al mismo
tiempo es la base de su propio desarrollo.
29.Dewey, J. (1965),
Libertad y cultura
, Uteha, México D.F., p. 88.
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