22
como una parte del sistema económico y al proceso
educativo como una preparación para la vida económica,
a la que considera la actividad esencial del ser humano. Y
a los estudiantes como clientes de “servicios educativos”.
Como se ha señalado, privilegiar la dimensión económica
de los seres humanos implica considerar a la sociedad
como un agregado de individualidades.
  Sin embargo, esa visión de lo humano ha sido discutida,
con buenas razones, cuando se concibe a los individuos
como partícipes de una sociedad que es más que la mera
agregación de individualidades. Desde esa óptica, la
educación misma se muestra como parte de la trama social
y adquiere una función preponderante para posibilitar la
incorporación de los recién llegados a la compleja vida en
comunidad, que es una característica predominante en las
sociedades contemporáneas.
  Ese cambio de enfoque respecto de lo humano, se
puede fundamentar desde la perspectiva de John Dewey,
para el cual la educación de los individuos no se hace
separadamente o a espaldas de la sociedad. El liberalismo
que representa es de carácter muy distinto al que representa
el liberalismo economicista de Friedman. En este punto, es
preciso explicitar que el término liberalismo es polisémico;
está asociado un sinnúmero de significados, por tanto
es preciso diferenciar el tipo de liberalismo que defiende
Dewey del neoliberalismo que representa Milton Friedman.
La concepción de individuo de Dewey se desprende de su
concepción política; es al individuo al que es preciso educar
para la democracia. Los sujetos no se desprenden nunca
de sus relaciones sociales, y no se les puede concebir
como anteriores a ellas. Para decirlo desde la perspectiva
educativa que enuncia en su credo pedagógico, “si
eliminamos del niño el factor social nos quedamos sólo
con una abstracción”
20
. El individuo no lo es sin su entorno
comunitario, que lo constituye de modo decisivo.
  El liberalismo de Dewey entiende que la libertad,
en el más amplio sentido, es un valor fundamental para
los individuos. Políticamente, debe ser entendido como
oposición a la visión conservadora, en cuanto ésta aspira a
mantener el
status quo
. Su liberalismo es un ideal de orden
moral y político, y que no sólo debe ser distinguido de su
viejo rival, el conservadurismo, sino también de su versión
económica: el corporativismo
21
.
  Tanto el individualismo como el corporativismo
económico son expresiones de una antropología fundada
en la idea de que el ser humano, en última instancia, es
un ser aislado y que busca, principalmente, conservar o
acrecentar sus posesiones. Esta imagen es la de Friedman,
para quien la sociedad a la que se integran los estudiantes
es resultado de la agregación de intereses particulares.
Para el individuo friedmaniano, la sociedad es un medio, un
instrumento para la satisfacción de sus deseos egoístas,
imposibles de satisfacer en aislamiento. La sociedad, y su
organización política, están al servicio del individuo, y en
ocasiones debe ser considerada contraria a los individuos,
si se transforma en un obstáculo al desarrollo personal de
carácter económico, como es el caso de un Estado de
grandes proporciones
22
.
  El corporativismo económico que Dewey critica es una
extensión de este individualismo, de este individualismo
20.Dewey, J. (1969),
El hombre y sus problemas
, Paidós, Buenos Aires,
p. 57.
21.Dewey, J. (2003),
Viejo y nuevo individualismo
, Paidós, Barcelona,
p. 91.
22.Berlin, I. (2001),
Dos conceptos de libertad
, Alianza, Madrid.
1...,12,13,14,15,16,17,18,19,20,21 23,24,25,26,27,28,29,30,31,32,...268