falta discutir esa otra cuestión que es
estratégica, por eso me interesa que
haya un proceso de debate previo. Si
no, toda la discusión va a quedar fijada
en ‘quiero que estos voten, que estos no
voten’, cosa que me parece que no tiene
mucho sentido si no has generado una
visión anterior. Yo soy un convencido
del principio de la comunidad univer-
sitaria, de la soberanía universitaria.
Pero no voy a defender ese principio
en abstracto, no tiene ningún sentido”.
Los académicos aluden a una cuestión
fundamental y que habla de la relevan-
cia del Senado Universitario, la instan-
cia de toma de decisiones más demo-
crática de la Universidad y que se ha
constituido en un ejemplo de gobierno
universitario para otras instituciones.
En esa línea, la Senadora y académica
del Departamento de Psicología Irma
Palma cree que la existencia del Se-
nado demuestra que el contar con un
gobierno universitario democrático,
con participación ampliada de los es-
tamentos, no afecta negativamente el
buen gobierno de la Universidad. “La
elección les dará mayor legitimidad a
las autoridades. Va a comprometer más
a la comunidad universitaria. Desde
ese punto de vista soy optimista, pero
además pienso que es necesario para el
sistema universitario del país”.
Héctor Díaz va más allá. Sabe que todo
académico de esta Universidad tiene
derecho a divergir de lo que se plantea,
“pero tenemos que ponernos de acuer-
do en la absoluta necesidad de que
hay de reformar los estatutos, porque
no corresponden en estos momentos a
la realidad que tiene que enfrentar la
Universidad”. Menos, sugiere Díaz, en
el marco de una reforma educacional
que plantea revalorizar la educación
pública y la misión de los profesionales
que ella forma. “En la medida en que
tienes la posibilidad de participar en
decisiones fundamentales, aumentan
los grados de compromiso de las per-
sonas con su institución”, sostiene.
En una línea semejante avanza Cristó-
bal Valenzuela, Senador, estudiante de la
Facultad de Derecho y primera mayoría
de este estamento para participar de la
comisión que dará vida al proceso que
viene en esta materia.“Uno podría discu-
tir sobre ciertas cuestiones que son más
particulares, los porcentajes que nos gus-
taría que cada estamento tenga, pero lo
que hay que valorar es que a todos los in-
tegrantes de la comunidad universitaria
se nos reconozca como tales en cuanto a
los derechos políticos, que podamos ele-
gir a nuestro rector, a nuestros decanos.
Con eso estamos cumpliendo con el rol
que tiene la Universidad de Chile, donde
uno no sólo va a estudiar o cumplir una
determinada función, sino que venimos a
construir ciudadanía”.
A juicio de Pablo Oyarzún, “se ha centrado mucho la discusión
en las ponderaciones, en las votaciones, y falta discutir esa
otra cuestión que es estratégica, por eso me interesa que
haya un proceso de debate previo”.
La comisión ad hoc –conformada por seis académicos, tres
estudiantes y un funcionario- será la encargada de resguar-
dar la impronta democrática del proceso de participación y
discusión sobre la modificación a los estatutos. Este trabajo
se dividirá en la organización de tres grandes etapas: una ins-
tancia de participación de la comunidad local, una convo-
catoria al Encuentro Universitario para el segundo semestre
de 2015, donde cada estamento elegirá a sus representantes,
quienes podrán decidir sobre el destino de la modificación
de los estatutos, y finalmente, una Consulta Universitaria
Triestamental, donde toda la comunidad universitaria podrá
pronunciarse votando en torno a las propuestas.
LO QUE VIENE
13
Nº 4 diciembre 2014 / El Paracaídas
