Cambio de estatutos de la Universidad abrió diversas posturas
EL DEBATE POR
LA TRIESTAMENTALIDAD
Las últimas semanas han sido de intenso debate para la comunidad universitaria. Ante
la discusión sobre la modificación de los estatutos del plantel, la circulación masiva de
distintas cartas públicas representando a uno o más de los estamentos involucrados,
muestra visiones y aprensiones cruzadas en torno al proceso que ha rodeado este
debate. Más espacios de participación, triestamentalidad y el método de designación del
presidente del Senado Universitario son algunas de las aristas en cuestión.
Por Jennifer Abate y Simón Boric / Ilustración: Leo Ríos
L
a semana del 3 de noviembre, muchos académicos se
encontraron con una carta en sus correos corporati-
vos en la que un grupo de profesores –que al cierre de
esta edición ascendía a 630- planteaba sus inquietudes
frente al proceso de reforma de los estatutos de la Univer-
sidad. Si bien, aseguraban, compartían la necesidad de per-
feccionar el actual estatuto, de manera de hacer de esta una
mejor universidad, sostenían que, “el proceso actualmente en
curso no ha cumplido con las condiciones mínimas que ga-
ranticen un resultado exitoso”.
El proyecto de reformar los estatutos fue aprobado por el an-
terior Senado Universitario en julio de este año. La propues-
ta planteaba que el organismo tuviera la capacidad de elegir
autónomamente a su presidente, en vez de que el cargo lo
asumiera de manera automática el rector de la Universidad.
Además, proponía la incorporación de los directores de Ins-
titutos –como el ICEI y el INTA- al Consejo Universitario
y modificar el carácter inamovible del Contralor Vitalicio,
sustituyéndolo por un período de funciones de cuatro años.
El punto más conflictivo, sin embargo, es el que refiere a la
elección de autoridades unipersonales. Esto porque la pro-
puesta plantea que el rector, decanos y directores de Institu-
tos sean elegidos por una mayoría compuesta por un 60 por
ciento de académicos, 25 de estudiantes y 15 de funcionarios
no académicos. Dicho de otra forma, esta propuesta permiti-
ría la triestamentalidad en la elección de las autoridades, que
hasta ahora determinan sólo los académicos.
La reacción más explosiva fue la carta masificada desde co-
mienzos de noviembre y firmada por académicos, decanos e
incluso Premios Nacionales. Pero no fue la única. A media-
dos de diciembre comenzó a circular una segunda carta, fir-
mada por la Federación de Estudiantes (Fech), la Federación
de Asociaciones de Funcionarios (Fenafuch) y la Asociación
Nacional de Funcionarios Académicos (Acauch) de la Uni-
versidad de Chile, que señala que para algunos “esta iniciativa
se ha transformado en una verdadera amenaza, causando una
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El Paracaídas / Nº 4 diciembre 2014
