El Paracaidas - N°4 2014 - page 10

EDUCACIÓN Y COMPETENCIA
La democracia en el país y en la Universidad de Chile fue
violentamente interrumpida por el golpe militar en 1973. La
dictadura intervino la Universidad, la desmembró y la sumió
en el abandono del Estado. Jadresic fue prisionero en el Esta-
dio Nacional, centro de detención y tortura. Luego, partió al
exilio a Londres por quince años.
“Yo no me asilé en ninguna embajada. Me sentía muy com-
prometido con todo lo que había ocurrido.Mataron a Carlos
Lorca y a Jorge Klein, que era miembro del consejo de facul-
tad, tal como el actual rector Vivaldi, que era representante
estudiantil en ese consejo”, dice Jadresic. En Inglaterra, co-
noció el Estado de Bienestar y comprendió que la solidari-
dad entre las personas permite una mejor convivencia. Por
eso, responde “absolutamente, sí”, cuando se le pregunta si
apoya la gratuidad en la educación. “Estudié en el Internado
Barros Arana, así que creo en la educación pública y gratui-
ta”, precisa. El doctor Jadresic sigue con particular interés el
debate educacional.
Usted señalaba que en los tiempos de la re-
forma la Universidad de Chile debía estar
comprometida con el país, ¿qué significa hoy
esa premisa?
- Si la Universidad de Chile se define como una
universidad estatal tiene la obligación de tener
una acción pública. Todo lo que se hace en la
Universidad debe estar en función del desarrollo
del país.Éste fue el papel de la Universidad des-
de su fundación.Chile se construye también so-
bre lo que se hace en la Universidad, en las áreas
culturales, científicas, artísticas y humanistas.
¿Se encontró con esa Universidad compro-
metida cuando regresó al país desde el exilio?
- Me encontré con una universidad distinta,
pero también con una sociedad diferente, ba-
sada en la competencia.
La competencia es una de las lógicas de funcionamiento
del sistema de educación superior actual.
- Por eso es importante rescatar el rol de la Universidad de
Chile cuando reclamamos su carácter estatal. Acá tomo las
palabras del rector de la Universidad Mayor de San Andrés,
Bolivia,Waldo Albarracín, cuando dice que una universidad
estatal no tiene razón de existir si no forma personas res-
ponsables con sentido social.
Pero ¿qué significa hoy ser universidad pública?
- Creo que ahora se establece una situación muy ambigua,
anómala y confusa. No creo en ese concepto de universidad
pública que dicen tener algunas universidades no estatales.
El sentido público de la Universidad de Chile no es el mis-
mo que tiene la Universidad Católica. Es cuestión de ver el
lujo de clínica que tienen allá arriba en San Carlos de Apo-
quindo. Es un lujo desatado, ahí ni siquiera el cristianismo
les da para contenerse un poco.
¿O sea, “la Chile” y la UC no tienen la misma
función pública?
- No tienen la misma función, absolutamente,
no. Primero, una universidad estatal y pública,
intenta establecer derechos sociales, no hacer
caridad con algunos proyectos universitarios.
Además, el pluralismo a nivel de investigación
y docencia no se puede comparar.
¿Y el Estado debe tener un trato especial
con sus universidades?
- Creo que universidades como la UC deben
tener acceso a los fondos de investigación.
No creo en inhibir totalmente la iniciativa
privada, pero se debe fortalecer a la educa-
ción pública. Lo público es lo estatal. No es-
toy reclamando un espacio privilegiado para
“la Chile”, pero el Estado no puede entregar
dinero a instituciones privadas que lucran.
En Inglaterra, Jadresic conoció el Estado de Bienestar y comprendió que la solidaridad
entre las personas permite una mejor convivencia. Por eso, responde “absolutamente, sí”,
cuando se le pregunta si apoya la gratuidad en la educación.
“Una universidad
estatal y pública,
intenta establecer
derechos sociales,
no hacer caridad
con algunos
proyectos
universitarios”.
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El Paracaídas / Nº 4 diciembre 2014
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