impensada reacción, que se expresa en una carta suscrita por
una cantidad no menor de académicos, a quienes se han su-
mado otros actores, que parecieran haberse percatado de una
amenaza a sus privilegios e intereses que la actual estructura
universitaria les resguarda sin ningún contrapeso”.
Ambas cartas dan a conocer las posturas y preocupaciones
actuales de distintos grupos de la comunidad universitaria,
pero es importante conocer la historia de esta contraposición
de visiones, que viene desde mucho antes, porque aunque
el debate respecto a la modificación de los estatutos tomó
fuerza y mayor visibilidad el 2014, el proceso que instaló la
necesidad de discutir en torno a los mecanismos de toma de
decisiones dentro de la Universidad de Chile comenzó hace
casi dos décadas. La idea de contar con un Senado Universi-
tario nació al calor de las movilizaciones internas y externas
en 1997, pero no se materializó hasta el 2006, cuando este
organismo comenzó finalmente a funcionar y aprobó el esta-
tuto que rige actualmente a la Universidad. A poco andar
se hizo evidente la necesidad de reformar dichos es-
tatutos debido a una serie de incongruencias que
limitaban su funcionalidad y autonomía. Así
lo explica el Vicepresidente del Senado,
Juan Carlos Letelier, quien afirma que “el
Senado vio, por su experiencia, que había
problemas en el estatuto y que había una
necesidad de cambiarlo. Había razones que
se pueden llamar objetivas para modificarlo”.
El 2012 comenzó la discusión formal sobre la reforma
a los estatutos. Una comisión ad hoc trabajó entre enero
de 2013 y julio de 2014 en formular una propuesta de mo-
dificación de los reglamentos, que finalmente fue votada en
la sesión plenaria del 10 de julio de 2014, la última a la que
asistieron los miembros del anterior período del Senado.
Fue con la llegada de los nuevos integrantes, que asumieron
el período 2014-2018, que comenzaron las discrepancias.
Esto, porque algunos miembros sintieron, a juicio de Miguel
Morales, Senador Universitario en ejercicio y académico de la
Facultad de Medicina, que habían heredado una decisión que
había sido tomada con poca mesura. Morales explica que “hay
que recordar que aunque el estatuto se viene discutiendo hace
ya varios años, el Senado anterior dejó un documento que fue
aprobado en los últimos días. Ese documento fue sancio-
nado por el Senado anterior, pero no hubo un encuentro
universitario respecto a él. Un documento como este
refleja una visión política, universitaria, que obedece a
un determinado momento y una forma de mirar la
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Nº 4 diciembre 2014 / El Paracaídas
