Página 100 - La democracia cristiana y el gobierno de Allende

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innecesaria la dictadura del Proletariado en una determinada etapa del
período de transición". Ricardo, quizás obligado por la fuente, es injusto citando
exclusivamente a Corvalán, pues más allá del rol de entregar el informe
mencionado, fue durante todo el período Allende quien más voceaba los valores
democráticos del proceso chileno y recibía de la ultra UP el insulto de reformista. Mi
conocimiento de su persona me permite concluir que Corvalán estaba íntimamente
convencido del valor de la experiencia chilena. Lo vi muchas veces conducir un
partido que se desenvolvió desde principios del siglo XX por medio de un tipo de
lucha social de masas, que le resultaba natural a su propio estilo personal .Creo que
a Corvalán no le calzaba el proyecto de la dictadura del proletariado aunque a la
hora de la discusión ideológica terminara aceptándolo en un alambicado juego de no
descartar alternativas en caso que la fuerza y etc..Mi opinión es que Corvalán era
intuitivamente partidario de encontrar acuerdo con la DC pero que su propia vida
política en el “aparato” lo debilitaba. El podría ser aún un líder reformista pero
escogió declararse revolucionario.
Hoy, insisto detrás de Ottone”no pensamos en una epopeya utópica para Chile,
pensamos en un laborioso camino de reformas”.Que en el escenario político chileno
solo puede hacerlas una alianza política de la izquierda con la DC, más allá de la
variaciones que tenga el cuadro político que necesitamos abrir. Si con Allende,
hubiésemos transado nuestro programa y parte del poder con la DC, no hubiese
habido “golpe” de Estado.
Para eso sí que me interesa mirar el pasado. Para que la nueva promesa la
construyamos juntos. Porque la aventura del futuro siempre, obviamente, y hoy
más que nunca, desconocido, requiere no solo de apretura para entenderlo sino
compromiso firme en las alianzas políticas de la diversidad de nuestro proyecto.
Hoy día, el miedo a procesos, altamente desconocidos y veloces, que está viviendo
el mundo ,ha levantado por un lado liderazgos resistentes a la angustia del remezón
,mientras otros se arriesgan sumergiéndose en las oportunidades de la innovación
y se transforman en un nuevo tipo de conductores señalándole el rumbo a millones
de personas .
Nosotros deberíamos estar debatiendo y construyendo ese tipo de liderazgos
Mientras los políticos no sean líderes de estos nuevos procesos, y se encapsulen en
un debate ajeno a un futuro desestructurado (Felipe González), las personas serán
atraídas por la política antipolítica .
Cada día son más, en el mundo democrático, los ciudadanos que se declaran sin
decisión política tomada. La incertidumbre del mundo actual acicatea esa
indefinición junto a su indefensión y constatación de los cambios. Aunque sea por
una simplona reacción al vacío de futuro frente a decisiones electorales parecen
escoger entre la forma en que nuestros partidos políticos suelen abstraerse del
nuevo mundo y el populismo derechista que en Europa y en Chile levanta la
consigna política del apoliticismo como interpretación de poder del mundo real. Y
mientras el debate político de la historia se desentienda de lo que viene, y se
mantenga encadenado al pasado, más fácil será para la derecha la instalación de
una verdadera doctrina de politización del repudio a la política.