El Paracaidas - N°2 2014 - page 20

18
El Paracaídas / Nº 2 octubre 2014
tudiantes transexuales, quienes asegura
sortean grandes dificultades al interior
de las institución, “tanto a la hora de
sacar los títulos o de poder iniciar su
transición de género dentro de la Uni-
versidad”. Al respecto, Sepúlveda seña-
la “la necesidad de ir avanzando, por
ejemplo, en la generación de protocolos
de trato y de respeto a la identidad de
género dentro de los estudiantes”.
Las dinámicas de exclusión al género fe-
menino y la homofobia en las organiza-
ciones políticas-estudiantiles por donde
usualmente transita Melissa Sepúlveda,
son un tema también persistente. “Las
distintas organizaciones políticas final-
mente terminan teniendo una composi-
ción en su mayoría masculina y muchas
veces sin quererlo se dan estas mecáni-
cas de discriminación”, advierte.
LA FEMINIZACIÓN DE
LA ACADEMIA
Kemy Oyarzún, académica de la Fa-
cultad de Filosofía y Humanidades,
PhD en Filosofía de la Universidad de
California y coordinadora del Magís-
ter en Estudios de Género y Cultura
mención Humanidades, se incorporó a
la Universidad de Chile a principios de
los años noventa, momento en que la
institución recién comenzaba a dar un
giro en torno al tema del género.
“Me contrataron sabiendo que yo era
feminista”, dice Oyarzún, quien relata
que entonces el tema de género estaba
fuertemente vinculado al retorno a la
democracia, “a un país más igualitario,
horizontal, no tan vertical, no tan se-
gregador. La consigna entonces era, ‘la
democracia no va si la mujer no está’,
y ‘democracia en la casa y democracia
en el país’”.
Concluida la década y avanzado el si-
glo XXI, el foco ha cambiado.
“Hoy vuelvo a pensar lo femenino
desde los géneros del saber, no del
género de los cuerpos. Hay faculta-
des y áreas del conocimiento mas-
culinizadas y otras feminizadas. La
discriminación sexual está siendo
reformulada en los distintos ámbitos
del saber. Eso lo veo en el país, y en la
U. de Chile. Yo estoy probablemente
en la facultad más feminizada de la
Universidad”, asegura Oyarzún. El
menosprecio por la labor cometida, la
falta de recursos y la invisibilización,
son parte del sesgo que recae sobre
éstas y otras áreas de conocimiento
feminizadas, señala la académica.
La estructura de la carrera académica
es otro punto problemático en la mira
de la profesora. “En la carrera académi-
ca operan dos formas de segregación:
lo primero es que las mujeres no logran
llegar a los puestos de dirección, y lo
segundo, la existencia de actividades
que son menospreciadas porque están
feminizadas, la docencia, por ejemplo”,
afirma Oyarzún quien llama a revalo-
rización de la docencia en la carrera
académica, “y no solo con un bono, hay
que mejorar las condiciones salariales.”
La joven investigadora de la Universi-
dad, Luna Follegati, cree que a pesar
de que las reivindicaciones feministas
han pasado de la reclamación de las
mujeres de poder existir en el espacio
público a otros temas, sigue existiendo
la tensión sobre si esto ha significado
realmente una mejora sustantiva.
Como estudiante y ahora que inicia su
carrera académica, visualiza que la vio-
lencia de género se sigue expresando en
algunos espacios de convivencia de la
Universidad, como “en momentos y lu-
gares de distención o de esparcimiento
donde se pasa a llevar a las estudiantes
mujeres por parte de los mismos com-
pañeros. Hay casos de abuso o incluso
se han demostrado casos de violación
en contextos como mechoneos o fies-
tas”, acusa Follegati.
Otro aspecto donde se daría la vio-
lencia de género de forma más brutal
es en el abuso y acoso sexual, expresa-
do en relaciones de alumnos y profe-
sores, como también al revés, advierte
la investigadora.
Follegati explica que “es fundamental
que la Universidad cuente con algún
tipo de institucionalidad donde pue-
dan recabar denuncias o solicitar ayuda
en el caso de que tanto académicas y
académicos como estudiantes que es-
tén en alguna situación de este tipo
puedan solicitar ayuda y recibir algún
tipo de direccionalidad al respecto”.
-Es importante ahora que se está ha-
blando del rol público de la educación
que la Universidad tenga un aspecto
preponderante con respecto a la igual-
dad de género, igualdad de oportuni-
dades, prevención de violencia de gé-
nero, y otros temas- releva.
“En la carrera académica operan dos formas de segregación: lo primero es que las mujeres
no logran llegar a los puestos de dirección, y lo segundo, la existencia de actividades que son
menospreciadas porque están feminizadas, la docencia, por ejemplo”, afirma Kemy Oyarzún.
1...,10,11,12,13,14,15,16,17,18,19 21,22,23,24,25,26,27,28,29,30,...40
Powered by FlippingBook