El Paracaidas - N°2 2014 - page 19

17
Nº 2 octubre 2014 / El Paracaídas
“Á
ndate, mejórate y des-
pués vuelve a trabajar
a la Universidad”, le
dijo una alta autori-
dad de la Facultad de Derecho de la
Universidad de Chile a una académi-
ca que a pocos meses de tener su hijo
fue a consultar por su situación labo-
ral. Años de trabajo en la Universidad
y una promesa de contratación hecha
antes de su embarazo quedaron ahí: sin
ningún pudor, de abogado a abogada,
se le dijo falsamente que era legalmen-
te imposible su contratación. “¿De qué
se preocupa si usted tiene marido?”,
le dijeron entonces. Ella, trabajadora
a honorarios, destacada alumna y do-
cente, decidió que en tales condiciones,
había que dejar la U. de Chile. Y en si-
lencio partió.
No es ficción, ni ocurrió en un pasado
lejano y machista. Esa escena sucedió
hace no muchos meses en la Universi-
dad, faro de luz de la nación, estandarte
de las reivindicaciones sociales, núcleo
de jóvenes y académicos laicos y pro-
gresistas. Porque en esta Universidad,
ser mujer sigue siendo en muchos as-
pectos un tema.
“Ándate piola porque la vida tiene mu-
chas vueltas”, le dijo otro colega a la
académica embarazada. Ella, que pre-
fiere mantener su identidad en reserva,
dice que “no hice ningún reclamo. Me
la tragué porque, entre otras cosas, mi
medio es chico y es súper machista, y
yo sabía que si reclamaba habría sido
sancionada en otros espacios”.
DINÁMICAS DE EXCLUSIÓN
“Recuerdo las taquicardias cuando que-
ría hablar en una clase. Esa timidez, que
puede relacionarse con aspectos de mi
personalidad, también se vinculaba al
hecho de que el espacio filosófico era y
sigue siendo predominantemente mas-
culino”, dice Olga Grau, académica de
la Facultad de Filosofía y Humanidades,
haciendo memoria sobre sus primeros
años en la Universidad de Chile a fines
de los años sesenta, y dando cuenta de
que efectivamente era posible “recono-
cer algunas actitudes de desvalorización
de las mujeres” en su ámbito, la filosofía.
Con años de experiencia académica,
y liderando los estudios dedicados a
género en la Universidad, el escenario
para Olga Grau ha cambiado. “Como
profesora, me empoderé y he podido
lograr un cierto reconocimiento por
parte de mis pares masculinos”. No
obstante, advierte que ese sesgo ma-
chista no deja de colarse en algunos
pequeños gestos. “A veces una expresa
una idea ante colegas hombres, y no
falta que alguno de ellos se las atri-
buyen a otro de sus pares masculinos,
olvidando que una misma fue quien las
expresó. O las incorporan a sí mismos
sin aludir a su autoría”, explica.
Aunque Olga Grau –exonerada por
motivos políticos de la Universidad en
1975 y reintegrada en 1990– es enfá-
tica en decir que la Casa de Bello “ha
avanzado en el tema y lo ha hecho des-
de el momento en que se constituyeron
los programas de estudios de género a
comienzos de los años noventa”, enu-
mera una larga lista de pendientes al
respecto. La igualdad de remuneracio-
nes entre académicas y académicos con
la misma jerarquía y horas de dedica-
ción; la apertura de la discusión sobre
temas como violencia simbólica, diver-
sidad sexual, acoso sexual y la amplia-
ción de los estudios de género desde
la perspectiva transgenérica, son solo
algunos de sus ejemplos.
La tercera mujer que lidera la Fede-
ración de Estudiantes de la Universi-
dad de Chile, feminista, militante del
Frente de Estudiantes Libertarios y
estudiante de Medicina no se resta de
las críticas a la situación de género en
la Chile. Aunque Melissa Sepúlveda
reconoce en esta institución un espa-
cio de pluralismo, está cierta en que
hoy “se dan muchísimas dinámicas de
exclusión y discriminación dentro del
sistema universitario”.
-En este tema hay una cuestión insti-
tucional y estructural de la Universidad
que no se ha sabido resolver, problemas
como por ejemplo la condición de em-
barazo al interior de la Universidad, la
inexistencia de salas cuna, es un tipo
de violencia contra las estudiantes que
se embarazan y que no tienen una al-
ternativa real para poder continuar sus
estudios, y muchas veces terminan de-
sertando- explica Sepúlveda.
Otro ejemplo que llama la atención de
la Presidenta de la FECh, son los es-
1...,9,10,11,12,13,14,15,16,17,18 20,21,22,23,24,25,26,27,28,29,...40
Powered by FlippingBook