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El Paracaídas / Nº 2 octubre 2014
Gioconda Belli, escritora nicaragüense:
La vida de Belli (65) ha estado marcada por la literatura, la política y la reivindicación
femenina. La autora de “La mujer habitada” (1988) y “El país bajo mi piel” (2001)
fue miembro del Frente Sandinista de Liberación Nacional, luchó contra la dictadura
somocista, vivió el exilio, rompió con el líder, Daniel Ortega, fundó el Partido de
Izquierda Erótica y todo sin parar de escribir y mantener su mirada aguda que dispara
contra la clase política actual, a quienes califica de corruptos, e incluso contra la
izquierda, a quienes reclama la incapacidad de autocriticarse.
Por Ana Rodríguez y Simón Boric / Foto: María Morrison
L
a política y la escritura se die-
ron al mismo tiempo en la vida
de la escritora nicaragüense
Gioconda Belli.
-Empecé a escribir cuando me di
cuenta conscientemente de que podía
participar en las cosas- dice.
En esa época un grupo grande de pin-
tores, escritores y artistas se moviliza-
ban activamente para protestar contra
la dictadura de Somoza. La relación
de Belli con ese grupo activó en ella el
deseo de participar. “Y esas cosas mis-
teriosas que pasan también, fue que
me pude incorporar al grupo porque
recién había empezado a escribir poe-
sía, entonces todo pasó en mi vida si-
multáneamente”, dice. Belli estaba por
cumplir veinte años.
Su poesía, sin embargo, no comenzó
a ser política sino hasta que partió al
exilio en México y luego a Costa Rica.
Antes, en Nicaragua, no podía escri-
bir poesía con tintes políticos: frente
a la dictadura tenía que mantener una
imagen dentro de la legalidad que le
permitiera seguir con las funciones que
cumplía dentro de la resistencia urba-
na del Frente Sandinista de Liberación
Nacional. Una vez afuera, Belli puede
revelar sus sentimientos.
-Yo pienso que la poesía tiene una fun-
ción política, como toda la literatura
puede cumplir una función política.
Es la tarea más difícil para un escri-
tor, pienso, porque el límite entre el
panfleto y la buena literatura política
es bien fino. Incluso uno sabe que hay
momentos en que la lucha lo demanda
y escribes panfletos. Yo escribí muchos
porque además era parte del equipo
de propaganda del Frente Sandinista.
Pero la poesía que yo recupero de esa
época está muy vinculada a mi propia
existencia, lo que significaba partici-
par en política siendo madre de niñas
pequeñas, después teniendo una re-
lación con un hombre al que asesina
“El populismo no es una
cosa formativa para la vida
de los pueblos”
