Página 57 - La democracia cristiana y el gobierno de Allende

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EL RECHAZO AL ACUERDO CON LA DC
La exclusión de cualquier acuerdo de fondo con la DC fue una política común, de
todos los partidos de la UP y del propio Presidente Allende. Ya hemos visto cual era
la forma en que quería enfrentar la primera etapa de su Gobierno. Alejandro Rojas
nos explicaba que deseaba hacer un plebiscito, para lo cual necesitaba confrontarse
con el Parlamento, ya que sólo en caso de rechazo de una Reforma Constitucional
podía llamarse al pueblo a definir la contienda. Hay múltiples documentos e
intervenciones de Tomic en que constata la falta de voluntad de Allende de llegar a
acuerdos con la DC. Si nosotros sabíamos lo que estaba haciendo la UP, ¿por qué no
apoyamos un golpe? ¿Por qué intentamos hasta el final las salidas políticas
pertinentes? Porque sabíamos que un golpe sería muy cruel, doloroso y largo.
La Información de Prats a Fuentealba en Octubre de 1972
En octubre del 72, el General Carlos Prats invitó a Renán Fuentealba a conversar
con él. Renán nos contó posteriormente lo hablado. Prats le dijo que lo invitaba en
su calidad de senador y Presidente del principal partido de Chile. Le manifestó que
estaba muy preocupado por la polarización que se vivía en el país y que él le insistía
al Presidente Allende que buscara un acuerdo con la DC. Hablando de los sectores
que se estaban armando, señalo que las Fuerzas Armadas sabían muy bien que
grupos de derecha y de izquierda estaban en esa posición. Agregó que siendo un
tema difícil, las Fuerzas Armadas tenían la información suficiente y el poderío
indiscutible para destrozarlos en un tiempo muy breve. Le indicó a Renán que la
situación en el país se estaba poniendo tan tensa que generaría en las Fuerzas
Armadas una reacción muy fuerte, lo que podría desembocar en un golpe de Estado.
El Comandante en Jefe del Ejército le informaba al Presidente del principal partido
de oposición, algo que nos pareció muy impactante. Prats advirtió que en caso de
producirse el golpe de Estado, éste sería tan derechista y sangriento, que él ya no
estaría a cargo del Ejército.
Es imaginable la impresión que se tuvo en la DC, casi un año después, cuando se
informó que el General Prats renunciaba y que Allende y la UP mantenían su política
excluyente, con una inflación de mas de 500%, con un gran desabastecimiento, con
la economía en picada, con bombas y muertos generados por ambos extremismos.
No por ingenuos entonces, sino por la información que teníamos, estábamos
seguros de que la UP no conseguiría el poder total, sino que sólo cosecharía un
golpe de Estado que haría que se nos desplomara todo el andamiaje democrático
por mucho tiempo.
Los Infiltrados
La paradoja es que los leninistas de la UP pretendían infiltrar a los institutos
armados y no eran capaces de contener la infiltración que estas entidades habían
hecho en sus propios partidos. No es extraño entonces, que conocidos agitadores de
ultraizquierda fueran uniformados infiltrados en estos grupos extremistas. Nosotros
también fuimos infiltrados por los uniformados. En el colmo de la ingenuidad,