Página 53 - La democracia cristiana y el gobierno de Allende

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había sido precandidato presidencial en competencia con él, y que logró que el
Comité Central del PS eligiera a Allende candidato, con menos votos a favor que las
abstenciones que se registraron.
El PS declara que le dan respaldo al Gobierno de Allende para que cumpla a
cabalidad el Programa y declara que una victoria electoral no da derecho a ejercer
el poder, “sólo la conquista del poder, tras el enfrentamiento decisivo con la
burguesía y el imperialismo por parte de los trabajadores conduce al socialismo.”62
Luis Corvalán, por su parte, relata que el informe de Aniceto Rodríguez fue
desaprobado por 59 votos a favor y 69 abstenciones, lo que provocó el retiro del
Congreso del sector que él lideraba. 63
El documento aprobado por la mayoría, expresaba que el anterior Comité Central
había cedido ante la política del PC, partido que había impuesto sus políticas a la
UP, por lo que llamaban a terminar con la hegemonía comunista. Luego señalaban
que, “en el momento actual, la burguesía se agrupa principalmente en torno al PDC.
Los cristianos de izquierda que se quedan en las filas de este partido sirven de
biombo para los derechistas y otros reaccionarios por el estilo que preparan una
conspiración contra el Gobierno de Allende y los trabajadores. Mas adelante, junto
con exigir un rol principal para el PS en el Gobierno, se pronunciaban en contra de
las garantías dadas a los democratacristianos a espaldas de las masas”.64
Estoy convencido de que el PS es un partido en el que la abrumadora mayoría de
sus militantes ha vivido un proceso de renovación real, y su aprendizaje sobre el
valor de la democracia es auténtico. Particularmente valiosa ha sido, en mi opinión,
la contribución hecha por Carlos Altamirano. Ha reconocido errores serios, respaldó
el proceso de renovación y, además, optó voluntariamente por no asumir cargos
políticos. Creo que, en general, en el PS se ha abandonado el leninismo, pero en
importantes sectores, el marxismo sigue siendo una base de apoyo esencial, lo que
no ocurre en los socialistas europeos. Lo que sí creo, también con mucha franqueza,
es que la cubanización se siente hasta estos días, más por motivos sentimentales,
que racionales. La actitud del PS frente a las violaciones a los derechos humanos en
Cuba, es una de sus manifestaciones negativas. Pero me llena de optimismo la
actitud de personas tan notables como la señora Hortensia Bussi de Allende, que en
una pieza magistral le planteó a Fidel Castro una visión llena de cariño por el líder
cubano, pero también marcando valores que para socialistas como ella, tienen que
respetarse en cualquier parte. El voto de Isabel Allende en la Cámara de Diputados
respecto a este asunto es otro signo alentador. Nadie puede dudar del afecto que
personas como ellas sienten hacia Fidel y la sufrida población de la Isla, pero miran
con los dos ojos, y por eso se incrementa el respeto que se merecen.
Vale sí hacer una mención a que el PR mantuvo sus posiciones democráticas, sin
perjuicio de experimentar escisiones provocadas por tensiones internas, algunas de
ellas personales, otras por razones políticas. En ese período, por ejemplo, la JRR
realizó un Congreso en la que terminó declarándose marxista leninista. Pero eso era
parte del proceso general. Nos había pasado en la DC, afectó a la Iglesia y a
diversos grupos sociales.
62 Ibíd. , página 111 y 112.
63 Corvalán, L: “El Gob... ”, páginas 236 y 237.
64 Ibíd..