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nombramos Director de Organización y Control, a cargo de las fichas de todos los
militantes, a un ex Coronel, compadre de Manuel Contreras, el tristemente célebre
jefe de la DINA. Creo que Renán Fuentealba hasta hoy se reprocha el hecho de
haberlo nombrado.
CAPÍTULO XIII: LA DC ANTE EL DOBLE DESAFÍO
EL FORTALECIMIENTO DE LA JDC
Los DC quedamos encerrados entre estas fuerzas extremas, lo que hacía más difícil
la continuidad de nuestra política de oposición popular, utilizando los cauces
institucionales y las legítimas movilizaciones sociales donde teníamos una gran
influencia. Logramos frenar el intento golpista de 1972 usando toda nuestra fuerza
política para mantener el legítimo movimiento de protesta contra el Gobierno en los
cauces apropiados. Acompañé a Renán Fuentealba, Presidente del partido a
reuniones con dirigentes empresariales y gremiales que nos fueron a pedir que nos
sumáramos al golpe y que fueron expulsados por Renán con duras palabras.
También me tocó presenciar reuniones de Patricio Aylwin, Presidente del partido
desde marzo del 73, adoptando la misma conducta ante similares requerimientos. A
pesar de las dificultades, no cejamos en nuestros esfuerzos. Estábamos logrando,
además, un gran respaldo popular para nuestras posiciones. Ganamos la Feses con
Guillermo Yunge en 1971 y con Miguel Salazar en 1972. Lo mismo pasaba en todo
Chile. Todas las Federaciones de Estudiantes de Enseñanza Media de regiones
fueron ganadas por nuestros militantes. Era sorprendente. Los muchachos de 12 a
18 años de los sectores populares, los que estudiaban en los establecimientos
fiscales, liceos, comerciales, industriales, agrícolas, vespertinos y nocturnos, con
gente más adulta, escogían apoyar a la DC, por su perfil de oposición popular, su
conducta democrática, porque teníamos propuestas concretas con las que enfrentar
las mediocres ideas de la UP y porque disponíamos de cientos de militantes tan
preparados como Yunge y Salazar. También teníamos la abrumadora mayoría de los
dirigentes de los colegios particulares pagados, a quienes habíamos ayudado a
organizarse. Allí destacaban Andrés Palma, Osvaldo Artaza, Pedro Hernández, Luis
Irureta y tantos otros excelentes líderes ya desde esa época.
Las Escuelas de Formación de la JDC
Nuestra batalla era a dos flancos. Con la UP y la derecha que trataba de
debilitarnos, una vez más, con la cooperación de una izquierda ciega y sorda. Pero
nosotros estábamos preparados. Desde 1969 habíamos comenzado un proceso de
formación de nuestros militantes que nos permitió formar a más de 5.000 jóvenes
entre ese año y 1973. Desde la histórica Escuela de Constitución en el verano de
1970 a cientos de escuelas en las que se enseñaba nuestra historia, nuestra
doctrina, las propuestas concretas que teníamos para los desafíos del país. También
se enseñaba marxismo leninismo y se destacaban sus graves falencias. Nuestros
militantes aprendían qué era el liberalismo, política internacional, oratoria, manejo
de asambleas y hasta nociones básicas de defensa personal, pero jamás el uso de
armas. Teníamos un excelente equipo de formación, primero con Luis Badilla,
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