Página 51 - La democracia cristiana y el gobierno de Allende

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innecesaria la dictadura del Proletariado en una determinada etapa del período de
transición”53.
Cuatro años después del golpe, el jefe político del PC reiteraba que nunca creyeron
en un segundo modelo que abandonara el camino tradicional de la dictadura del
proletariado. Tampoco lo creía el PS, según veremos, ni el Mapu. Las principales
fuerzas leninistas, como las describe Rojas, le quitaban el piso al Presidente. Y éste
por su parte, nunca optó. Recordemos el ya citado documento de la JDC de
septiembre de 1970: “Si elude la opción, habrá elegido el camino de la indefinición y
entonces sus perspectivas se habrán reducido al mínimo”.
La Cubanización del PS
En el Congreso del PS, celebrado en Linares en 1965, se discutió un informe
preparado por el militante Adonis Sepúlveda, del ala trotskista del partido, según
nos dice Juan Carlos Gómez Leyton, y que sería elegido subsecretario general del
PS, acompañando al nuevo Secretario General, Aniceto Rodríguez. Además se dice
“La derrota de 1964 demostró el callejón sin salida del democratismo burgués, de
modo que ‘nuestra estrategia descarta de hecho la vía electoral como método para
alcanzar nuestro gobierno de toma de poder”.54
El documento final de ese Congreso rechazó el electoralismo exacerbado y recalcó
que “sólo una concepción marxista leninista consecuente” podría conciliar la
estrategia con la acción diaria.55 Gómez aclara, en la página siguiente que esta
concepción marxista leninista era entendida en el PS y en otros partidos de América
Latina como la aceptación de la teoría dependentista y la lucha armada.
Esta definición empieza a tomar más cuerpo con la participación de tres delegados
socialistas chilenos en la Primera Conferencia de la Organización Latinoamericana de
Solidaridad, OLAS, celebrada entre julio y agosto de 1967. Los chilenos allí eran
Carlos Altamirano, Clodomiro Almeyda y Julio Benítez.
Uno de los acuerdos establecía: “la forma más eficaz de ejercer la solidaridad, es el
desarrollo de la lucha armada en el seno de cada país”.56
Salvador Allende fue presidente de esta organización y los efectos políticos de esa
opción fueron analizados en el Senado por Renán Fuentealba. Existe un folleto con
ese discurso que, además, se puede solicitar en la Biblioteca del Congreso.
Al regreso a Chile, en julio, Altamirano concedió una entrevista a la Revista Punto
Final. Gómez la resume así: “Altamirano señaló que ‘Cuba –socialista y
revolucionaria- nos entrega su respuesta clara, audaz, optimista y desafiante’, ella
entrega la estrategia para liberar a los pueblos de América de la explotación
imperial, del hambre, del analfabetismo, del retraso y del subdesarrollo”57. Más
adelante, el documento de Gómez nos entrega las distinciones que Altamirano hacía
53 Rojas, A: op. citada, página 36.
54 Gómez Leyton, Juan Carlos, La rebeldía Socialista. FLACSO, Documento de Trabajo 82,
Santiago, Marzo 1993, página 59.
55 Ibíd. , página 60.
56 Ibíd. , página 64.
57 Ibíd. , página 65.