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Nº 12 / Octubre - Noviembre 2015 / El Paracaídas
A setenta años del Premio Nobel
La travesía de Gabriela
Mistral a Suecia
El aparato diplomático, los círculos intelectuales latinoamericanos y europeos, y el
incuestionable mérito literario de la poeta chilena, se conjugaron para hacer posible
que una mujer latinoamericana y pacifista alcanzara en 1945 el Nobel de Literatura.
No fue una empresa fácil. Al menos siete años de esfuerzos, una guerra mundial de
por medio y la renuencia de Mistral a participar de una jugada maestra a su
favor, se interpusieron en el camino de la Academia Sueca.
Por Francisca Siebert
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de noviembre de 1945, Petró-
polis, Brasil. Gabriela Mistral
escuchaba por la radio las
noticias de Palestina, sola
en una habitación del hotel donde se
alojaba. Entonces la emisora hizo una
breve pausa y anunció la decisión de la
Academia Sueca. El Premio Nobel de
Literatura era suyo.
“Caí de rodillas frente al crucifijo que
siempre me acompaña y bañada en lágri-
mas oré: ¡‘Jesucristo, haz merecedora de tan
alto lauro a esta tu humilde hija’!”, escribió la
entonces cónsul en Brasil a su amiga Matilde
Ladrón de Guevara sobre aquel momento.
Recién al día siguiente la notificación se hizo oficial a tra-
vés de un telegrama que llegó de Europa. “La Academia