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Nº 12 / Octubre - Noviembre 2015 / El Paracaídas
conocimiento. El público la ovacionó,
Mistral sonrió.
“Hoy Suecia se vuelve hacia la lejana
América Ibera para honrarla en uno de
los muchos trabajadores de su cultura.
El espíritu universalista de Alfredo
Nobel estaría contento de incluir en el
radio de su obra protectora de la vida
cultural al hemisferio sur Continente
Americano tan poco y tan mal conoci-
do”, fueron parte de las palabras dichas
por la poeta al recibir la distinción.
De un momento a otro, los ojos del
mundo se posaron sobre la poeta.
“La solemne ceremonia Nobel en la
Casa de Conciertos de Estocolmo,
llegó a su culminación cuando
Gabriela Mistral fue presentada
y traducidos algunos de sus poe-
mas”, publicaba la Associated Press,
mientras la edición del 12 de diciem-
bre el diario La Nación en Chile seña-
laba: “la prensa refleja el agrado gene-
ral de los suecos al agasajar a Gabriela
Mistral, al llamarla en sus columnas ‘la
reina espiritual de los sudamericanos’.
Todos los diarios publican grandes elo-
gios de la poetisa chilena”.
El Nobel llegaba para la chilena en una
época difícil de su vida. Poco antes ha-
bía sufrido dos pérdidas importantes:
el suicidio de su amigo, el escritor aus-
tríaco-judío Stefan Zweig, en 1942, y
un año después el suicidio de su sobri-
no e hijo adoptivo, Juan Miguel Godoy
Mendoza, Yin Yin. Pedro Pablo Ze-
gers, biógrafo de la poeta, estima que
el reconocimiento fue en lo personal
“un espaldarazo” para la Mistral. “Este
premio la hizo levantar cabeza. Desde
un punto de vista humano, ciertamente
fue un salvavidas que se le dio y la hizo
salir adelante”, dice.
Más tarde, haciendo un recuerdo de la
ceremonia, la Nobel anotaría en sus cua-
dernos: “Estuve muy tranquila sentada
en mi silla y absorta en la contemplación
de un niño que veía entre los concu-
rrentes y que me recordaba a mi sobrino
recién fallecido. Su recuerdo me daba
fuerza; pero cuando regresé a mi asiento
y subí los peldaños de la pequeña escalera
que daba acceso al escenario sentí como
que se me fundían las rodillas”.
LA CARRERA POR EL NOBEL
Aunque la decisión de la Academia Sue-
ca impactó a la Mistral, lo cierto es que
el galardón no llegaba como una total
sorpresa. La historia tras el premio se te-
jió durante casi una década antes a sus
espaldas y también frente a sus narices.A
ratos con y a ratos sin su consentimiento.
Aunque hubo algunas voces a fines de los
años ’20 y principios de los ’30 que hi-
cieron pública su voluntad de presentar a
la Mistral al Nobel, las primeras instan-
cias “reales” para promover la distinción
surgieron en Ecuador, país con el que la
poeta mantenía una fluida relación, en
especial con sus círculos intelectuales.
Invitada oficialmente por el gobierno de
dicho país, la poeta llegó el 19 de agosto
de 1938 a Guayaquil a bordo del buque
Copiapó y fue entonces, donde se pro-
dujo un punto de inflexión en su historia
hacia el Nobel. Ese quiebre fue Adelaida
Velasco Galdós.
Devota admiradora de la obra de Ga-
briela Mistral, Velasco, escritora ecua-
toriana, elegida por el gobierno para
acompañarla durante su estadía en el
país, se convenció de hacer suyo el de-
safío de llevar el nombre de la chilena
hasta la Academia Sueca.
Su cruzada comenzó convocando ad-
hesiones dentro de la intelectualidad
latinoamericana. En octubre de ese
año el Grupo América de Quito fue el
primero en dar su apoyo y aprobación
al proyecto. Poco después, connota-
dos personajes se sumaron a su pedi-
do desde Argentina, México, Brasil y
Centroamérica. Velasco no se quedó
ahí: cierta de que el Nobel no se gana-
ría sin diplomacia, la escritora decidió
prontamente involucrar al presidente
chileno Pedro Aguirre Cerda, solici-
tándole su intervención y el patroci-
nio de la propuesta.
Viejo amigo de Mistral, el manda-
tario chileno contestó con premura:
“Por lo que a nuestra gran poetisa se
refiere, Aguirre considera que obtener
el Premio Nobel de Literatura para
Gabriela Mistral, no sólo significará
coronar su gloriosa carrera artística,
sino dignificar en ella a toda mujer
Latino-americana (…) de ahí, que
con esta misma fecha, haya transcrito
y recomendado muy especialmente su
importante carta a la consideración
de los Ministros de Educación don
Rudecindo Ortega y de Relaciones
Exteriores don Abrahan Ortega para
que estudien en la brevedad posible
la forma de hacer REALIDAD SU
FELIZ INICIATIVA”.