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Nº 2 octubre 2014 / El Paracaídas
¿Qué no te gusta de los populismos?
-No lo considero una salida correcta,
una cosa formativa para la vida de los
pueblos. Pero tal vez sea necesaria esta
época de populismo para que al menos
haya una redistribución con un poco más
sentido de la riqueza. Yo quisiera que lo
que se está haciendo a nivel popular ten-
ga el resultado de que se cree una nue-
va generación de gente que va a tener
acceso a más educación, participación.
Esa es mi esperanza. Pero me preocupa
ver la manera dogmática de interpretar
la realidad, la manera poco democrática
de actuar y la violencia que eso implica.
Porque hay una violencia que no es la
de las dictaduras de Pinochet o Somoza,
pero es implícita.
Según un informe ONU, Nicaragua es
el segundo país con más niveles de po-
breza en Latinoamérica. ¿El populismo
de Ortega se ha visto reflejado en una
mejora de condiciones de los sectores
más vulnerables?
-Han mejorado ciertas cosas, creo yo.
El acceso a la salud un poco. En el cam-
po le han puesto un poco más. Pero han
destruido la institucionalidad del país
totalmente. Y yo creo que los cambios,
lo que han dado a la gente, no es mu-
cho. Por eso la gente está tan necesita-
da. Les han dado, por ejemplo, láminas
de zinc. Hacen una manifestación y a la
gente que va le regalan una lámina de
zinc. Pero no han creado muchas po-
siciones productivas, para que la gente
mejore su nivel de vida.
Frente a tanto populismo en Latinoa-
mérica y tanta violencia no sólo política
sino también producto del narcotráfico,
¿cuál crees que debería ser el rol de los
intelectuales?
-Yo creo que cumplimos un rol cada vez
más marginal, para serte sincera, en el
mundo entero. En los años ‘60, ‘70, eran
bien escuchados. Aquí en Nicaragua to-
davía tenemos un peso importante los
intelectuales. Pienso que participamos
bastante. Somos también voceros de
opiniones y pensamiento político. Pero
creo que por los cambios tecnológicos,
la mayor democratización de la opi-
nión, la gente comparte opiniones que
antes no se compartían. Para mí como
ciudadana de este país, como persona
pensante, mi rol es mantener una posi-
ción de principios. Defender las cosas
que yo creo que se tienen que defender.
Aquí todas las instituciones han sido
vaciadas de contenido porque todas se
volvieron partidarias. Todos los pode-
res del Estado. Ya no hay Estado de
Derecho porque los casos políticos se
deciden en la presidencia.
¿Es muy alta la corrupción?
-Sí porque además hay una especie de
gobierno corporativo. Están en la cama
con los capitales más grandes de este
país. Se han abierto oportunidades de
negocio y las han aprovechado.
Están involucrados los hijos y la esposa
de Ortega.
-Sí, están trabajando todos. Los hijos
“En Nicaragua todavía tenemos un peso
importante los intelectuales. Somos voceros
de opiniones y pensamiento político”.
de Daniel manejan los medios de comu-
nicación, los canales de televisión, em-
presas de la familia. Y la esposa es una
co-presidenta cuando nadie la eligió.
LA IZQUIERDA ERÓTICA
¿Nos puedes contar un poco sobre el
Partido de Izquierda Erótica (PIE)?
-Ese debiese tener el poder, ahorita, jaja.
El PIE fue un experimento que hicimos
un grupo de mujeres en Nicaragua en el
tiempo de la revolución porque veíamos
que las reivindicaciones por las que ha-
bíamos luchado se estaban posponiendo.
Entonces un grupo de nosotras con po-
siciones influyentes discutimos medidas
para luego aplicarlas en nuestro lugar de
trabajo. Esa es la filosofía del PIE. Le pu-
simos así por broma. Se creó una especie
de empatía y solidaridad femenina entre
nosotras que nos ayudó mucho. Quería-
mos pelear porque la Constitución, cuan-
do se hiciera, integrara las condiciones
de las mujeres. Cada una iba por su lado
hasta que lográramos ver los cambios que
queríamos, de discutir cosas y poder em-
pujar ciertas líneas de trabajo.
