El Paracaidas - N°2 2014 - page 33

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Nº 2 octubre 2014 / El Paracaídas
UN FUNERAL
PARA LA TRANSICIÓN
Por Francisco Figueroa*
S
eptiembre es un mes de con-
memoraciones muy importan-
tes para las fuerzas democráti-
cas de Chile y en general para
la gente con anhelos de justicia.
Octubre es distinto. Las conmemora-
ciones se han tornado grises e incapa-
ces de provocar ningún sentimiento
medianamente elevado. Hubo años en
que el plebiscito del 5 de octubre de
1988 era recordado con alegría y senti-
do de épica, pero esos años ya pasaron.
Nos guste o no, la mentada fecha con-
mueve a cada vez menos.
Es que con el correr de la transición la
conmemoración del plebiscito se redujo
a los auto-palmoteos en la espalda de
quienes terminaron más obedientes a los
dictados empresariales que a los anhelos
de democracia que acabaron con la tira-
nía militar esperando algo distinto. Esta
ensimismada celebración se divorció del
tedio mayoritario ante el actual orden de
cosas y de su frustración creciente ante
las deudas democráticas no saldadas por
los gobiernos electos en urnas.
Hoy, con la restricción de derechos y la
pornográfica injerencia del poder eco-
nómico en la política como telón de
fondo, esos millones que con su mo-
vilización terminaron con la dictadura
y el 6 de octubre salieron a las calles
* Militante de Izquierda Autónoma y director de Fundación Nodo XXI.
celebrando la salida del dictador, la
pérdida del miedo y la conquista de
la posibilidad de un cambio, con de-
recho y autoridad, hoy se preguntan:
¿Todo eso para apenas esto?
El nuevo gobierno, tomando nota de
la profundidad de este divorcio entre
política y sociedad, se comprometió a
hacer en los ámbitos de la educación y
los impuestos significativos cambios a
favor de los intereses mayoritarios. E
incluso a ponerle a su obra reformista
un broche de oro con la elaboración
“participativa y democrática” de una
nueva Constitución.
La reforma tributaria fue pactada con
los grandes intereses económicos re-
duciendo significativamente su alcan-
ce. La educacional se enfrenta a una
incierta encrucijada: o se anula en un
estrecho arreglo con la derecha o se
viabiliza a través de un amplio acuer-
do social. Y la única vía para asegu-
rar que una nueva Constitución sea
efectivamente nueva, la Asamblea
Constituyente, fue descartada por la
Presidenta Bachelet.
La esperanza de esos millones de pro-
tagonistas anónimos que expulsaron
a los militares del poder parece hoy
estar de vuelta. Una ciudadanía cada
vez más activa puja por incidir en los
rumbos del país y el sentido común se
Tal vez la mejor forma de
convertir nuevamente en
celebración lo que devino
en ritual cansado, sea
resituando en el presente el
sentido de esas luchas por
la democracia.
sacude de las infantiles explicaciones
de la transición para mantener in-
móviles los límites de lo posible. Es
un despertar profundamente crítico
de la política existente, pero a la vez
anhelante de un presente distinto. Es
oportunidad de cambio.
Tal vez la mejor forma de convertir
nuevamente en celebración lo que de-
vino en ritual cansado, sea resituando en
el presente el sentido de esas luchas por
la democracia. Conmemorar protestan-
do, protestar recordando. Actualizar los
anhelos que terminaron con la dicta-
dura para acabar hoy con la mezquina
transición. Una celebración que sea en
realidad un funeral, pero un funeral que
sea también un nacimiento.
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