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Nº4 2017 / P.P.
LA SORPRESA
DEL SIGLO
POR DIAMELA ELTIT
(desde Estados Unidos)
A la mañana siguiente de la elección de Donald Trump
como presidente de los Estados Unidos hubo un silencio
extenso, de tal magnitud que parecía que la ciudad de Nue-
va York se hubiera fugado de sí misma. Se consolidó así una
de las elecciones más bizarras de la historia reciente del país,
con un candidato que hizo de la agresión y de una serie
de promesas asombrosamente falsas y superficiales su sello
identitario. A medio camino entre la ficción, la farándula y
la realidad, culminó la prolongada escena en la que Trump
actuó su rol de “jefe” de una compañía que se llamaba Es-
tados Unidos.
La prensa, de manera absorta, apoyó a Hillary Clinton y, más
todavía, algunos de los republicanos emblemáticos retiraron
su soporte al candidato que debía representarlos. Todo forma
parte de un apretado nudo político, social y mediático que
todavía no termina de clarificarse, más allá de las diversas
opiniones, de las analíticas, de las múltiples incertezas.
Pero lo que sí parece necesario enfatizar es que antes de
la elección y a pesar de las encuestas, de los pronósticos o
de la seguridad de la prensa, existía una “presencia Trump”
poderosa que recorría todo el espectro social y lo mantenía
curiosamente indemne, sin considerar las aseveraciones que
negaban sus posibilidades.
A partir de la “mañana siguiente”, cuando Estados Unidos
realmente “despertó” silenciosa, asombrada o frenética,
pero nunca indiferente, empezó una y otra vez la imperiosa
tarea de intentar entender lo que había pasado. Términos de
moda como posverdad (cuya conceptualización está instala-
da hace más de diez años) se inscriben ahora con una fuerza
nueva, una y otra vez, luego de que fuera legitimado por
el prestigioso diccionario de Oxford a partir, precisamente,
del resultado inesperado del Brexit inglés. Este término se
refiere al triunfo de lo emocional sobre la realidad que esta
emotividad recubre. En ese sentido, parece necesario recor-
dar a Pierre Bourdieu cuando habla de “efectos de verdad”
producidos fundamentalmente por los territorios mediáti-
Columna
Escritora
Académica de la Universidad Tecnológica Metropolitana
y la Universidad de Nueva York