manifestaciones públicas, tiene que ver, para Andrade,
con un país que se aburrió de “la expulsión de la ciu-
dadanía de la política, del pueblo chileno del espacio
público, donde quienes operan en la política ya no
necesariamente responden a los intereses generales de
la ciudadanía”.
¿Tiene que ver ese “nuevo ciclo político” con lo que
has postulado en otras instancias respecto a la mo-
dernización de la Universidad?
La U. de Chile necesita un cambio. En la Universi-
dad, a diferencia de su slogan, no todas las verdades se
tocan. Por ejemplo, el discurso mismo de la excelen-
cia. Como U. de Chile nos planteamos que somos la
excelencia, pero hay una cuestión ahí respecto al acce-
so que hay que discutir. Porque si recibimos a través de
la PSU a los mejores estudiantes, obviamente vamos
a sacar a las mejores personas de excelencia. Entonces
hay que dar una discusión de cómo la Universidad
se democratiza. Y hacer lo mismo con los temas de
desigualdad, segregación y acoso.
En cuanto al trabajo de la FECh, ¿qué cambios de-
ben hacerse?
Que la Federación se acerque a sus estudiantes,
que la Federación y la Universidad, en las cosas que
hay acuerdo, potencien iniciativas que tienen las y los
estudiantes. Iniciativas de extensión, territorial, de
apoyo escolar, del medio ambiente, deportivas, foros
políticos, entre otras. No puede ser que estén sólo al
alero de la voluntad espontánea que tiene uno u otro
estudiante, uno que otro académico.
¿Tiene que ver esto con los temas de participación
de las y los estudiantes? En la última elección FECh
fue necesario incorporar un tercer día de votación
por temas de
quorum
.
Hoy día hay problemas de participación política,
en término de las votaciones y de las asambleas, que
hay que fortalecer, sí. Una de las cosas que nosotros
planteamos, y que lo dijimos en nuestra campaña,
tiene que ver con la nueva cultura federativa. Hoy
no hay una crisis en términos de la participación de
las actividades que realizan las y los estudiantes, éstos
tienen muchas formas de participar, de manifestar su
participación política, pero la Federación no reconoce
esas iniciativas de forma transversal. Entonces la nueva
cultura federativa tiene que ver con no decirle a la gen-
te “oye, vayan ustedes a la FECh”, sino que la FECh
vaya en terreno a hacerse cargo de esas cosas.
Uno de los cambios que se le han demandado a la
Universidad desde las y los estudiantes es la reivin-
dicación y responsabilidad frente a los temas de
género y los derechos de las mujeres, entre ellos los
casos de acoso sexual. ¿Hacia dónde crees que hay
que apuntar en este escenario?
Creo que es muy necesario y que ha sido muy posi-
tivo. Hoy día las compañeras dentro de la Universidad
de forma organizada han dado una lucha contra un
conservadurismo, contra leyes de poder que ocultan
abusos tanto psicológico como sexual y acoso de parte
de académicos, pero también de estudiantes. Creo que
es súper importante que estas compañeras estén ahí
en pie de lucha y creo que se tiene que seguir pro-
fundizando este cuestionamiento de las relaciones que
tenemos al interior de la Universidad, la desigualdad
de un sector muy importante de nuestra comunidad,
que son las mujeres.
Una de las acciones del movimiento estudiantil, re-
sistida desde otros estamentos, son las tomas. ¿Qué
opinión tienes de éstas?
Pienso que las tomas son un medio, no son un feti-
che. Responden a ciertos objetivos y tienen que ser de-
mocráticas, avaladas por sus estudiantes. Mientras sea
así, la Federación tendrá que defender esa posición.
Eso es lo que yo creo que hay que hacer y en ese mar-
co a mí me parece bien si las autoridades cuestionan
nuestras formas de movilizarse, pero hay que entender
que nosotros como estudiantes no somos escuchados
si no estamos movilizados, o la forma de escucharnos
es distinta. Tomamos más relevancia cuando estamos
en paro, aunque sería ideal que eso no fuera así, pero
para eso habría que transformar, que nuestra Univer-
sidad fuera efectivamente más democrática con todos
sus estamentos.
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P.P. / Nº4 2017