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Arte en la Chile

Revista de la Facultad de Artes

7

Gonzalo Arqueros

Historiador del arte y académico del

Departamento de Teoría de las Artes

Investigador del Museo de Arte Contemporáneo

OPINIÓN

Ideas sueltas sobre

el concepto de

patrimonio

E

l patrimonio es frágil, su noción ha estado vinculada

a la condición de riesgo y a la amenaza potencial que

supone su pérdida y su desaparición. Se ha entendido

también que el patrimonio se reconoce por el hecho de que su

pérdida constituye siempre un daño irreparable y su conserva-

ción supone sacrificios que las sociedades y las instituciones

no siempre han estado dispuestas a hacer. Ya en las cartas

que en 1796 Quatremère de Quincy envió a Francisco de Mi-

randa, la consideración del patrimonio introdujo la idea del pe-

ligro. Podríamos decir que el patrimonio es todo aquello que se

nos hace presente bajo la inminencia de su desaparición, y sin

embrago, su declaratoria y su institución pareciera aspirar a lo

contrario: a confirmar la permanencia y la continuidad.

Si consideramos que el término patri-

monio designa el conjunto de bienes

heredados de los ancestros o reunidos

y conservados para ser transmitidos a

los descendientes, no sólo reconocere-

mos en ello un modo singular del lina-

je, sino también una voluntad de con-

tinuidad y con ella el historicismo que

implica. Recientemente la noción de

patrimonio inmaterial, y aún la idea de

patrimonio viviente, han venido a po-

ner en crisis la idea de patrimonio fun-

dada en la transmisión. Sin embargo

ninguna de estas ideas parece desmen-

tir por sí sola la exigencia de continui-

dad que la idea de patrimonio y la de

patrimonialización introducen.

Me interesa la paradoja que está activa en la categoría de pa-

trimonio. Me interesa la interpelación que late en la fuerza des-

tructiva natural y cultural que se opone a la conservación. Me

interesa la tensión interpelante que se libera en la oposición en-

tre continuidad y discontinuidad, entre conservación y destruc-

ción, pues está presente en las fuentes primarias, en las obras

y los documentos escritos o impresos con los que diariamente

trabajo. Las colecciones del Museo de Arte Contemporáneo y

su archivo documental son patrimonio de la Nación entregado

en custodia a la Universidad de Chile. Dentro de las labores de

conservación, catalogación y sistematización nos que se impo-

nen, está la de investigar e interrogar este corpus compuesto

de fragmentos del pasado.

En el archivo los fragmentos del pasado se encuentran con el

presente, organizarlos, situarlos e interrogarlos como una cons-

telación crítica, es la tarea del investigador. Ahí es cuando po-

demos captar los fenómenos en toda su dimensión temporal

y complejidad histórica. En este sentido es que lo interesante

del patrimonio, más aún que su conservación, es la potencia

destructiva que encierra, pues en ello descansa la idea de la

interrupción como posibilidad de pensamiento y como posibi-

lidad concreta de componer el pasado. De aquí que el trabajo

de la historiografía del arte chileno contemporáneo no implique

necesariamente refutar el historicismo o las hipótesis ya incor-

poradas en los relatos que componen su tradición, sino más

bien, en reordenar problemáticamente las cosas. En interrogar

los fragmentos del pasado, precisamente allí donde aquello que

es declarado e instituido patrimonio sugiere que hay algo que

aún no está siendo pensado, allí donde nos sea efectivamente

posible componer el pasado tal y como relumbra en el instante

de un peligro.