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Nº 12 / Octubre - Noviembre 2015 / El Paracaídas
¿ Q
uién hubiese imaginado, en el curso de una
vida,las transformaciones que tendría la ima-
gen de Gabriela Mistral? Nadie, sin duda,
salvo ella misma. Porque a ella le importaba,
evidentemente, su imagen pública y se encargó, con geniali-
dad, de entronizarla, de acuerdo a las circunstancias. Es uno
de los elementos que le pesaban en una
eventual vuelta a Chile. La llamarían
“la Gaby”, decía con humor, conscien-
te de ese ninguneo generalizado en el
país, como una forma de manejar al otro
en su punto débil: el “chico”, el “gordo”,
el “flaco”. La “Gaby” sería la vulgariza-
ción de un destino con vocación mayor,
que tenía por nombre Gabriela Mistral.
De allí su obsesiva correspondencia, en
donde consigna sus opiniones, establece
sus jerarquías, puntualiza frente al otro sus emociones. En
ella es impresionante entre otras la carta con destinatario co-
lectivo para sus amigos, que envía al morir Yin. Lo hemos
tratado en otro trabajo: allí no deja lugar a la duda ni espacio
al análisis. Esta fue la causa, estas las circunstancias y luego da
paso a la evocación de su dolor.
El fenómeno Mistral
Por Ana Pizarro
Investigadora IDEA- USACH
Todo esto forma parte de las estrategias que ella necesita
desarrollar para lograr ese gran destino que ha forjado para
sí misma una campesina llamada Lucila Godoy cuya utopía
es una escritora reconocida con el nombre de Gabriela Mis-
tral. Utopía realizada, de hecho, pero utopía al fin. Porque
desde la primera imagen que se nos entrega de Gabriela,
la de la maestra, la joven que vence en
los Juegos Florales de provincia hasta
la última que se nos ha revelado, la es-
critora de los amores lésbicos revelados
luego de su muerte y buscados con un
cierto halo escabroso por los medios,
hay un camino recorrido en el cual la
escritora se manejó con una habilidad
extraordinaria, previendo casi la imagi-
nería
post mortem
.
La primera imagen que ella instala es la de la maestra. Como
tal, ya no se trata de una campesina que posee voz – que segu-
ramente no sería escuchada por su condición-, es una profe-
sora de la enseñanza primaria de Chile, con toda la respetabi-
lidad que la profesión tenía en el país de la primera mitad del
siglo XX, eco de la imagen que Sarmiento había erigido en
Los militares entronizan a Mistral
intentando desdibujar en el país la
presencia de Neruda que irradiaba
en el periodo de Allende.