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El Paracaídas / Nº 13 / Diciembre 2015 - Enero 2016

Para comenzar a prender luces sobre el asunto y dar cuenta de sus

variadas aristas, el decano de la Facultad de Medicina, Manuel

Kukuljan, señala: “Aquí hay un déficit absoluto, que tiene que ver

con el número de especialistas que necesitas por habitante en tal

o cual especialidad, y hay déficit relativos que tienen que ver con

la distribución de especialistas en el sector público y privado, y la

distribución entre distintas regiones. Eso es mucho más comple-

jo de abordar en un país como el nuestro. Aquí el problema de

fondo es la falta de una política de Estado a largo plazo”.

En la actualidad, casi un 50 por ciento de los especialistas

médicos son formados por la Universidad de Chile, siendo la

Región Metropolitana el lugar donde se concentra esta labor.

Y aunque tras cursar sus especialidades los profesionales de-

ben devolver las becas al Estado desempeñándose en alguna

destinación de la red pública, la fuga al mundo privado es

masiva en cuanto termina este periodo de obligatoriedad.

De acuerdo a un estudio realizado por el Banco Mundial y el

ministerio de Salud en 2010,menos de la mitad de los médicos

del país (44 por ciento) trabajan en el sector público, situación

compleja si se piensa que en Chile cerca del 80 por ciento de la

población se atiende justamente en dicho servicio.

Las razones son muchas, pero Alicia Paredes, quien está es-

pecializándose en pediatría en el Hospital Exequiel Gonzá-

lez Cortés, explica que la migración al sector privado tiene

que ver fundamentalmente con dos temas:

“La mayoría de los especialistas que trabajan en hospitales pú-

blicos son becados y la gente no sabe eso. A muchos no les pa-

gan, o recibimos un sueldo mientras pagamos nuestra beca, que

es inferior a lo que deberíamos recibir como especialistas, mien-

tras debemos afrontar grandes cargas laborales”, explica.

La falta de una remuneración adecuada y las largas jornadas

de trabajo terminan desincentivando a los jóvenes especialis-

tas a la hora de decidir si se mantienen en el sector público o

emigran al privado luego de pagar su beca.

“Los becados al final lo único que quieren es irse. El ministe-

rio de Salud al final aprovecha de ahorrar plata con nosotros

y trata de acortar la brecha producida por la falta de espe-

cialistas obligándonos a mantenernos ahí”, asegura Paredes,

quien además cuenta que a veces hay turnos de urgencias

que quedan sin especialistas en los hospitales, ya que muchos

prefieren trabajar en el sector privado, con mejores sueldos y

condiciones de trabajo, debido a esta situación.

“Una vez formados los especialistas hay que crear los mecanis-

mos que eviten que migren al sector privado. Esto tiene que ver

con dos cosas: uno son las remuneraciones y segundo las con-

diciones de trabajo adecuadas, es decir, que las condiciones de

diagnóstico y tratamiento en términos de equipamiento, de dis-

poner de los elementos más actualizados, sean los mejores para

que los médicos pueden ejercer su especialidad”, dice el doctor

Giorgio Solimano, quien encabeza la Dirección de Desarrollo

Estratégico y Relaciones Institucionales de la U. de Chile.

Aunque existe consenso en que parte de la solución al pro-

blema tiene que ver con la capacidad del Estado de retener

a los especialistas en sus centros asistenciales, Óscar Arteaga,

director de la Escuela de Salud Pública (ESP) de la Universi-

dad de Chile, insiste que sobre este punto las expectativas son

Aunque tras cursar sus especialidades los profesionales deben devolver las becas

al Estado desempeñándose en alguna destinación de la red pública, la fuga al mundo

privado es masiva en cuanto termina este periodo de obligatoriedad.