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Diciembre 2015 - Enero 2016 / Nº 13 / El Paracaídas

L

os pacientes viajaban en lancha, en bus, atravesaban cami-

nos rurales.Había quienes tardaban hasta dos días en lle-

gar hasta el Hospital de Ancud para ser atendidos por la

cardióloga Ligia Gallardo, quien llegó a la zona en 2005.

Fue la primera especialista en cardiología que tuvo Chiloé.

A los cinco años se incorporó al Hospital de Castro otro colega

que había sido formado en el Servicio de Salud con el com-

promiso de devolver la beca cumpliendo labores en ese centro.

Antes de su llegada, sus habitantes –repartidos en diez comunas

y cerca de cuarenta islas– no tenían más opción que trasladarse al

continente para consultar con un especialista.Entonces, a la lan-

cha y el bus se sumaba el ferry, y a veces el alojamiento en Puerto

Montt. Tiempo y dinero que no cualquiera tenía. Gallardo fue

muy bien acogida por los médicos y la comunidad.Tras su arribo

se implementó un laboratorio para el diagnóstico no invasivo

con test de esfuerzo, Holter y ecocardiografía.

No obstante los beneficios de haber dejado el ritmo verti-

ginoso de la capital, la cardióloga sabe que no son pocas las

dificultades que enfrenta en el día a día. “El problema mayor

es la derivación cuando los pacientes requieren de interven-

ciones de más complejidad, primero por el traslado a otros

centros en Puerto Montt, Valdivia o Temuco en ambulancias

antiguas e incómodas; en muchos casos, los pacientes deben

incorporarse a las listas de espera que tienen esos centros,

donde confluyen enfermos de muchas regiones, y a pesar del

esfuerzo de esos equipos médicos, no dan abasto”.

Los problemas de atención de salud y la carencia de especialistas

en el archipiélago se han convertido en una deuda impostergable

para sus habitantes: según la Primera Encuesta Provincial del

Centro de Estudios Sociales de Chiloé, el 98 por ciento de los

consultados coincidió en que la necesidad más urgente a cubrir

es la construcción de un hospital de alta complejidad, y un 89

por ciento de éstos respondió que las interconsultas o derivacio-

nes a especialistas tienen una espera excesiva.

Chiloé está lejos de ser un ejemplo aislado. Con listas de espera

nacionales que superan el millón y medio de usuarios para aten-

ción de especialistas, el déficit de médicos en el Sistema de Salud

Público está en la primera línea de las urgencias a resolver dentro

de la crisis de la salud que ningún gobierno de la postdictadura

ha logrado zanjar. Y la solución se proyecta complicada.

SECTOR PÚBLICO O PRIVADO

En nuestro país habría 1,6 médicos por cada mil habitantes

versus el promedio de la OCDE, que alcanza los 3,2 médicos

por mil habitantes. Y si hablamos de especialistas, el panora-

ma es aún más complejo considerando que a junio de 2015,

de los 37.621 médicos registrados en Chile, sólo 25.165 de

éstos ejercería alguna especialidad médica.

En nuestro país habría 1,6 médicos por cada mil habitantes versus el

promedio de la OCDE, que alcanza los 3,2 médicos por mil habitantes. Y si

hablamos de especialistas, a junio de 2015 de los 37.621 médicos registrados

en Chile, sólo 25.165 de éstos ejercería alguna especialidad médica.