36
vez frente a frente. El fotógrafo de la
revista Ercilla, Hans Erhmann, captu-
ró el momento. Gracias a él hoy existe
testimonio de este encuentro que Julio
Cortázar sostuvo con los estudiantes
del Instituto Pedagógico, pocos días
después de que Salvador Allende asu-
miera la presidencia de Chile.
“Seguimos comunicándonos por carta,
nos mandábamos regalitos. Cuando se
encontraba con otros chilenos siempre
preguntaba por mí. Esa fue en realidad
la única vez que físicamente nos vimos.
Pero la relación de amistad duró siem-
pre porque él amaba mi poesía y yo lo
admiraba”, explica Cecilia Vicuña.
EN EL TEATRO
DE MATEMÁTICAS
Días antes, Cortázar compró un boleto
de avión para volar desde París a Santia-
go de Chile. “Con lo que pasaba en Chi-
le, no bastaba con mandar uno de esos
cables de
adhesión.Enpocos días arreglé
mi maleta y vine”, explicó sobre esta de-
cisión la tarde que estuvo en el Peda.
El Premio Nacional de Literatura An-
tonio Skármeta fue parte del grupo de
personas que estuvo con el autor argen-
tino en sus días en el país. Recuerda que
el compromiso político del argentino
comenzó a forjarse “en la experiencia
de la rebelión estudiantil del año 68 en
Francia, entonces fue un testigo directo
de eso que marcó a toda América Latina.
Cuando acá se están buscando distintas
vías de progreso político, a Cortázar le
interesó mucho que un candidato mar-
xista fuera elegido democráticamente.
Lo que él quería era dar muestra de in-
terés y de apoyo, por lo que vino por su
cuenta, nadie lo invitó”.
Y llegó. El 3 de noviembre de 1970, a
las seis de la tarde, un hombre de 56
años, muy alto, de ojos intensos y barba
desordenada, se bajó del avión para aso-
marse a una capital revolucionada por
lo que ocurriría al día siguiente en el
“Con lo que pasaba en Chile, no bastaba con
mandar uno de esos cables de adhesión. En pocos
días arreglé mi maleta y vine”, dijo Cortázar.
Cecilia Vicuña y Julio Cortázar. Foto de Hans Erhmann. Gentileza Cecilia Vicuña.