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El Paracaídas / Nº 13 / Diciembre 2015 - Enero 2016
¿Cómo explicas este cambio en la subjeti-
vidad de los trabajadores?
- Quizás se relaciona con los movi-
mientos sociales o con los medios de
comunicación, que han explicado me-
jor estos temas. Ahora la gente entien-
de las brechas salariales entre alguien
de extrema riqueza y alguien de extre-
ma pobreza.
¿Por qué no aumenta, entonces, la
conflictividad social si hoy la desigual-
dad es más evidente para las personas?
- Porque la gente no ha ajustado la bre-
cha de movilidad social. Las personas
todavía creen que si sus hijos entran a
una universidad van a tener un buen
pasar. Esto en muchos casos es correc-
to, pero en otros no. En los años que
vienen vamos a ver muchos casos de
frustración, de gente que terminó una
profesión con altos niveles de endeu-
damiento. Ese escenario es nefasto y
ahí la gente va a empezar a actualizar
los datos de movilidad social.
Si el 10 por ciento más rico puede ase-
gurar en un 60 por ciento de probabi-
lidades que su hijo mantendrá esa po-
sición, ¿qué pasa con el 10 por ciento
más pobre?
- Es simétrico.Tienen también un 60 por
ciento de probabilidades de seguir siendo
igual de pobres. Si tú tienes una trayecto-
ria de bajo nivel de ingresos, con mucha
seguridad vas a perdurar en esa condición.
Son brechas permanentes.
Una de las promesas de la moderniza-
ción es que los sujetos son dueños de
su biografía, pero parece que en Chile
ese fenómeno todavía no ocurre…
- Eso pasa sólo en algunos países de Euro-
pa. De hecho, la reforma educacional que
estamos empujando es de un país europeo
capitalista, pero muchos la han calificado
con caricaturas que se alejan de la realidad.
Algunos analistas sostenían que el
movimiento estudiantil de 2011 era
un reclamo justamente contra esa
promesa incumplida de la moderni-
zación, pero para otros intelectua-
les era expresión del fin del modelo.
¿Dónde te ubicas tú en ese análisis?
- Me tiendo a alinear más con esa mi-
rada de la promesa incumplida, que es
también responsabilidad de quienes
diseñaron las políticas públicas en edu-
cación. ¿Por qué existió tanto tiempo la
Universidad del Mar? ¿Por qué se des-
cuidó la educación pública? Esas son
preguntas que la elite en su conjunto
debe responder.
¿Por qué lo público es tan relevante
en educación?
- El Estado debe garantizar espacios
de civilidad, inclusión y tolerancia.
Eso es relevante; existe en todas par-
tes del mundo y la reforma escolar
destaca el rol público de la educación
como un espacio republicano. Hay
que apoyar una educación pública lai-
ca, inclusiva y de buena calidad en to-
dos sus niveles y que asegure opciones
de movilidad social.
¿Qué rol le compete a la Universidad
de Chile en este nuevo marco de la
educación pública?
- La Universidad deber jugar un
papel fundamental en varias dimen-
siones. La primera es participar ac-
tivamente en proyectos de inclusión
de estudiantes vulnerables. Tiene
que proveerle recursos y apoyos para
que su vida universitaria no sea tan
difícil, ya que al provenir de secto-
res vulnerables tienen mayores di-
ficultades. Además, la Universidad
de Chile debe mantener su posición
de liderazgo en investigación, para
asegurar que los estudiantes que in-
gresen a esta universidad tengan un
ambiente de intelectualidad que les
permita desarrollarse y proyectarse
académicamente. La relevancia de
la investigación debería estar insta-
lada en cada departamento de cada
facultad. Y uno de los puntos más
importantes es que la Universidad
debe tener la mejor Facultad de
Educación del país, con un enfoque
interdisciplinario y que cuente con
los recursos suficientes para formar
buenos profesores en todos los ni-
veles y en todas las disciplinas. Esto
requiere de mucha decisión políti-
ca, pero también generosidad de los
programas de educación que existen
en la Universidad.
“Muchas universidades privadas no deberían existir, pues sólo
están generando estudiantes de bajo rendimiento y bajo capital”