VIOLENTOLOGÍA
COLOMBIANA
Visto por muchos como una lucha entre guerrilleros y narcotraficantes, el
conflicto armado colombiano, el más largo de América Latina, esconde
una realidad compleja que ha estado jalonada de matanzas y diálogos,
desmovilización y combates. Develar esos matices es el objetivo
del lente de Stephen Ferry, un reportero gráfico que desde mediados
de los ‘90 ha sido testigo de esta historia y que hoy se atreve
a soñar con la tan esquiva paz.
Por Felipe Ramírez S. / Fotos: Stephen Ferry
U
n grupo de hombres con uniforme de camuflaje de pie tras una cinta amarilla frente a
una camilla con un cuerpo sin vida. La descripción corresponde a una de las fotos de la
exposición “Violentología: un manual del conflicto colombiano” del fotógrafo estadou-
nidense Stephen Ferry, que por estos días se expone en el Museo de la Memoria y los
Derechos Humanos, y retrata uno de los episodios más brutales de las últimas décadas de conflic-
to en Colombia: los falsos positivos.
El 2008 se reveló que miles de civiles inocentes fueron asesinados y hechos pasar como guerri-
lleros muertos en enfrentamientos por miembros de las brigadas de combate del ejército colom-
biano. El objetivo del engaño era mostrar que la guerra contra la insurgencia estaba obteniendo
logros, mientras que los soldados involucrados recibían beneficios.
Este capítulo es sólo uno de los muchos que han repletado la historia de este país sudamericano
durante las últimas décadas, en el conflicto armado más extenso de la región y con las guerrillas
más longevas del mundo. Una combinación dramática de represión, insurgencia, paramilitarismo,
corrupción y narcotráfico en un país que Ferry describe como lleno de matices y paradojas. “Junto
a una guerra cruenta y cruel, donde las condiciones de vida son muy difíciles para muchas perso-
nas, la gente disfruta y goza de sus vidas de una forma espléndida”, destaca el reportero gráfico.
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Nº 10 / Agosto 2015 / El Paracaídas