¿Y si es progresiva y progresista, por
qué ahora casi se ofrecen disculpas por
la reforma?
- Realmente, no lo entiendo. Se debe
reiterar que la reforma tributaria la va a
pagar el 10 por ciento más rico.
- Pero la reforma y el lento crecimien-
to se utilizan incluso como argumento
para justificar que algunas promesas
del programa de gobierno no se po-
drán cumplir...
- Ahí de nuevo hay una falla comuni-
cacional, porque se confunde velocidad
con inacción. Yo entiendo que cuando
la presidenta dice “sin renuncia” signi-
fica que las reformas van. Se pueden
revisar, pero deben ir. Por ejemplo, la
tributaria hay que revisarla para que
recaude más y no menos.
ECONOMÍA PARA
EL DESARROLLO
¿Qué hay de cierto que toda esta discu-
sión pública afecta el crecimiento? ¿Se
alteran las percepciones de las personas
con este debate sobre las reformas?
- Sí, porque la gente está menos op-
timista en estos momentos. Está más
intranquila y consume menos. El pro-
blema es que ahora estamos gastando
menos de lo que el país es capaz de pro-
ducir. Chile puede producir a un nivel
100, pero estamos en 95. Ahí tenemos
cinco puntos de capacidad productiva
que se necesita reactivar. Para eso, no
necesitamos equipos, maquinaria nue-
va ni infraestructura. Lo tenemos, pero
lo estamos perdiendo.
¿Hay también factores externos que
explican el lento crecimiento?
- Toda América Latina está en lento
crecimiento, porque tenemos algo en
común: la explotación de recursos na-
turales. Muchos países latinoamerica-
nos apostaron por los recursos natura-
les de manera neoliberal, dejaron que
el dólar se abaratara y nos llenamos de
importaciones. Nos comimos la pla-
ta proveniente de los buenos precios
de la soja, del cobre y otros recursos.
Botamos la plata y castigamos nues-
tro sistema productivo con un exceso
de importaciones, que perjudicó a las
PYMES. Además, desde el ‘99 tene-
mos un tipo de cambio libre, que es
manejado por los flujos especulativos.
Esos que traen platas financieras de día
para meterlas a la bolsa y sacarlas por la
noche. Así como las platas de las AFPs,
que entran y salen, especulativamente.
Pero esa parece ser la doctrina que se
sigue enseñando en las facultades de
economía...
-Hay un problema con la enseñanza
de la economía. Durante 16 años, en
Chile solo se podía enseñar la verdad
neoliberal. Estuvo muy de moda la
formación financierista en el país. Pero
la crisis global ha ayudado, en parte,
a cambiar esto. Antes de la crisis del
2004 al 2008, conocida erróneamente
como
subprime
, para los neoliberales
todo estaba flotando a la perfección
con crecimiento del 5 por ciento en
Estados Unidos y en América Lati-
na. Pero la crisis los obligó a sacudirse,
tanto que el Fondo Monetario Inter-
nacional publicó en 2010 un informe
donde reconocieron que se equivoca-
ron con las metas de inflación y con
otras políticas. El FMI, el espolón del
neoliberalismo, reconoció sus errores.
Si se reconocieron esas equivocacio-
nes, ¿cómo se explica que la gran ma-
yoría de los economistas con tribuna
pública siga con ese discurso?
- Para entenderlo hay que mirar un re-
portaje de El Mercurio donde se decía
“los economistas debaten el tema de la
desigualdad”. Pero ¿quiénes eran esos
economistas? Tres empresarios. Uno
de ellos de extremo pinochetismo. Dos
empresarios razonables de derecha que
están dispuestos al diálogo; un econo-
mista de derecha que trabaja en temas
de distribución del ingreso; y otros dos
economistas muy de derecha. Esos no
son “los economistas”, hay otra econo-
mía. Hay una economía no de derecha,
que aparece muy poco en los medios de
comunicación. Ahora están llegando a
Chile muchos economistas, después de
su doctorado, con otros enfoques. Ne-
cesitamos este recambio. Necesitamos
una reorientación de la enseñanza de la
economía hacia el desarrollo.
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Nº 10 / Agosto 2015 / El Paracaídas