gran legitimidad durante la campaña presidencial de 2013.
Sin embargo, por un lado diversas concesiones retardaron
dicho proyecto y mantuvieron elementos importantes del
modelo anterior en los cuatro ámbitos de reforma indicados
y, por otro lado, las oposiciones mencionadas, aprovechando
errores en la gestión e implementación de las políticas gu-
bernamentales y la pérdida de crecimiento económico -mo-
tivado básicamente por la factores externos y por el propio
comportamiento de los grandes empresarios-, indujeron
un clima crecientemente negativo hacia el gobierno en la
opinión pública.
El año 2015 aparecía como la gran oportunidad de profun-
dizar las reformas replanteando como cuestión central el
tema constitucional, teniendo en cuenta además
el descalabro que produjo en la derecha su
involucramiento en los fenómenos de
corrupción y su dependencia del fi-
nanciamiento de los grandes gru-
pos económicos. Pero los casos
que afectaron indirectamente
a la presidenta, y directamen-
te a sectores de gobierno,
especialmente a su ministro
del Interior, terminaron por
exacerbar la crisis de des-
confianza de la opinión pú-
blica en la política y las ins-
tituciones, agudizar la pérdida
de apoyo popular de la presi-
denta y el gobierno, generar una
relativa paralización y pérdida de
rumbo de éste, debilitando el liderazgo
presidencial, y producir una profunda crisis
de legitimidad de la política.
Ninguna de las medidas ensayadas por el gobierno: Comi-
sión Anticorrupción y proyectos de ley que emanaron de ella,
cambio de gabinete, anuncios de segundo tiempo y nuevas
definiciones como “realismo sin renuncia” y “priorización y
gradualidad”, han logrado mejorar la situación del gobierno
ante la opinión pública ni dar la sensación que la crisis se
ha superado. Pero ninguna de esas medidas tampoco, con-
trariando los deseos de las oposiciones al proyecto refunda-
cional, han significado renunciar a esta dimensión. Los que
esperaban una vuelta atrás y que se retrocediera en las refor-
mas, o un golpe de timón con nuevas figuras para reponer
un estilo y contenidos de la época de la Concertación, se han
visto frustrados. También se equivocan los que se refocilan
pensando que aquí se puso de manifiesto la verdadera cara
derechista de este gobierno, como siempre han afirmado.
Es cierto que no se ha roto totalmente la ambigüedad y
que la confusión en medidas, como por ejemplo la gratui-
dad de la educación superior, puede llevar a perpetuar el
actual modelo de educación que se quería sustituir, o que el
proceso constituyente podría diluirse en medidas
de conversación y discusión exclusivamente
entre las organizaciones e instituciones
que están en crisis de legitimidad,
como los partidos y el Parlamen-
to. Pero también es cierto que
no hay ninguna decisión de la
presidenta ni ningún anuncio
que signifique abandonar
el programa refundacional,
aunque se le llame como
se le llame. Ella y la mayor
parte de su coalición sa-
ben muy bien que ceder en
este punto crucial -que tiene
como mejor expresión la nueva
Constitución a través de un me-
canismo democrático, participativo
e institucional-, significaría no sólo no
responder a las expectativas que creó su
triunfo electoral, sino hacer un mal gobierno y
terminar fracasado, porque sería volver al estilo y conteni-
dos de gobiernos anteriores, que, independientemente de si
fueron exitosos o no, hoy se muestran enteramente insufi-
cientes. Aunque con dificultades, el proceso sigue abierto y
corresponde a los sectores progresistas apoyarlo, no darlo
equivocadamente por perdido ni entregarlo a los que quie-
ren precisamente detenerlo.
*Sociólogo y Politólogo. Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales 2007
Los que esperaban una vuelta atrás
y que se retrocediera en las reformas, o un
golpe de timón con nuevas figuras para reponer un
estilo y contenidos de la época de la Concertación, se
han visto frustrados. También se equivocan los que se
refocilan pensando que aquí se puso de manifiesto
la verdadera cara derechista de este gobierno,
como siempre han afirmado.
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Nº 10 / Agosto 2015 / El Paracaídas