derecha ganó la batalla comunicacio-
nal contra las reformas.
¿Por qué la derecha ganó la batalla co-
municacional, por qué no se defendió
con fuerza el programa?
- Fue muy poco claro. El programa se
presentó relativamente bien y las perso-
nas votaron tranquilas. El 62 por cien-
to que votó estaba con esperanzas. Los
primeros pasos fueron correctos, pero
cuando la derecha empezó a ver que
las reformas tributaria y laboral iban en
serio salió a defender su causa con efi-
cacia, una causa que es mala para Chile.
¿Es mala la causa económica de la de-
recha?
- Sí.
¿Por qué es mala para Chile?
- Porque no da crecimiento y da des-
igualdad. Y el ejemplo más claro es
el lento crecimiento. Pinochet no fue
campeón en crecimiento. Tuvo un 2,9
por ciento de crecimiento promedio
anual. Un resultado mediocre. Antes
del golpe del ‘73 crecíamos a un rit-
mo del 4,5 por ciento y en los 25 años
después de la dictadura hemos crecido
un 5,1 en promedio.
¿Entonces por qué hay tanto temor de
aplicar las reformas estructurales y se
habla de gradualidad y prudencia?
- Porque no hubo un manejo político
correcto de las reformas y su comuni-
cación fue deficiente. Y esto le dio es-
pacio a dos grandes medios de comu-
nicación para decirnos todos los días
que “tal impuesto va a subir el precio
de la vivienda” y que los costos los pa-
gará la clase media.
¿Se refiere a la cobertura económica de
El Mercurio y La Tercera?
- Claro. Se resumían siempre en por-
tada los posibles efectos negativos de
la reforma y se argumentaban estos
pronósticos con dos columnas. No es
casual que a dos tercios de los chile-
nos no les guste la reforma tributaria.
Esto me llama la atención, porque la
reforma la paga proporcionalmente
mucho más el 5 por ciento de los chi-
lenos más ricos. La reforma es decidi-
damente progresiva y progresista, pero
la opinión pública piensa que no.
“La causa económica de la derecha es mala para Chile”
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