S
e graduó como doctor en Eco-
nomía de la Universidad de
Chicago en 1971, en medio
de una generación de econo-
mistas chilenos que vieron a Milton
Friedman, el padre el neoliberalismo,
como un “gurú”, aunque él nunca fue su
estudiante. Simplemente asistió como
oyente a las clases “para conocerlo, era
muy entretenido como profesor, pero
era un extremista neoliberal”, dice Ricar-
do Ffrench-Davis, Premio Nacional de
Humanidades y Ciencias
Sociales 2005.
Ffrench-Davis sabía que
el fundamentalismo de
mercado no era lo suyo,
pues tenía una visión
más keynesiana de la
economía y esa es la que
ha promovido a lo largo
de su carrera profesional
y académica, con más de 21 libros y 140
artículos publicados en nueve idiomas.
Ha trabajado en el Banco Central, la
CEPAL, CIEPLAN y ha asesorado a
distintos gobiernos. Hoy, como profe-
sor titular de la Facultad de Economía
y Negocios, FEN, de la Universidad de
Chile, se esmera por enseñar una econo-
mía alejada de los dogmas neoliberales.
“A fines de los ‘90 retrocedimos
fuertemente. Nos insertamos en la
globalización de la volatilidad financiera”
Por eso no acepta que se le catalogue
como un “Chicago boy”, tal como se
llama al grupo de economistas que
aplicó las reformas neoliberales duran-
te la dictadura de Pinochet. Reconoce
el peso intelectual de varios de ellos,
pero difiere de sus planteamientos y
métodos. Ffrench-Davis es crítico de
ese modelo de desarrollo y de la eco-
nomía financiera, que consiste sim-
plemente en la especulación. Dice que
Chile debería moverse en una direc-
ción distinta, que el neoliberalismo ha
probado su fracaso y que no se explica
por qué desde fines de los ‘90 la Con-
certación aplicó con mayor rigor las
directrices neoliberales.
¿A fines de los ‘90? ¿Acaso la Con-
certación no continuó con el modelo
económico de Pinochet desde el co-
mienzo de la transición?
- No. Quienes sostienen eso están me-
tiendo en un mismo saco distintos pe-
ríodos de la historia económica reciente.
Existen al menos tres o cuatro etapas bien
marcadas. Por ejemplo, la primera mitad
de la dictadura es la ortodoxia neoliberal
pura, entre el ‘74 y el ‘81, y después hicie-
ron cambios importantes, cosas que ellos
mismos aborrecían: se repusieron arance-
les de importación, entre otras medidas.
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El Paracaídas / Nº 10 / Agosto 2015