El Paracaidas - N°2 2014 - page 7

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Nº 2 octubre 2014 / El Paracaídas
¿Por eso surge la idea de reactivar el Consejo de Conicyt?
- Rearticular el Consejo tiene un valor simbólico, de recupe-
rar una institucionalidad que fue mutilada y ponerla a funcio-
nar con una nueva perspectiva. No con la misma concepción
que tenía cuarenta años atrás.
Un reclamo habitual de la comunidad científica es que ha sido
excluida de la gran mayoría de las decisiones de Conicyt.
- Es un reclamo relativo, porque Conicyt funciona prácti-
camente gracias a la comunidad científica, que participa en
los mecanismos de toma de decisiones y de la asignación y
ejecución de los proyectos. Pero generar políticas va más allá
del Consejo, es un problema del Estado.
Sin embargo, una crítica permanente es que el Conicyt está
en una etapa de indefinición y que necesita más capacidad
política, siendo la respuesta común la creación de un minis-
terio de Ciencia y Tecnología.
- Es una de las opciones que se conversa, pero no es nece-
sariamente la única opción. Un ministerio tiene que ver con
la discusión sobre el poder, pero no de cómo hacer buena
ciencia. El aspecto estratégico es cómo
proteger el desarrollo de la ciencia en
el país. Hay que darse un tiempo para
generar una política científica.
También el ex ministro de Economía,
Pablo Longueira, propuso incorporar
Conicyt a su cartera...
- A la ciencia hay que identificarla en
su propio espacio y el ministro se equi-
vocaba al supeditar el conocimiento
a la tarea productiva. Ése es un error
básico. Es una mirada de poco respeto
hacia el conocimiento.
Pero esa lógica parece dominar la actual administración de
la ciencia...
- En Chile ha prevalecido la lógica del investigador como
pequeño gestor de conocimiento. Por lo tanto, se financia a
la persona con proyectos Fondecyt. Pero hemos dejado de
pensar en las instituciones. Por ejemplo, el país tiene un gran
centro de monitoreo sísmico en la Universidad de Chile. Es
un laboratorio que financia el gobierno y cuyo funcionamien-
to cuesta casi 10 millones de dólares al año. Ésa es una lógica
institucional, no los proyectos asociados a personas.
Tiene mucho que ver con la forma de financiamiento de
la educación en general, que es en función de la demanda
y la competencia.
- Por supuesto, es el viejo cuento del Estado subsidiario
frente al Estado responsable de conducir el desarrollo.
Es una discusión antigua, que afortunadamente estamos
viviendo de vuelta. El Estado subsidiario es un modelo
que se agota, que no sirve. El modelo de financiar a cada
investigador a través de pequeños proyectos no permite
llegar a la luna.
De hecho, el Estado subsidiario ha impactado todas las di-
mensiones de la educación...
- El Estado debe ser protagonista del desarrollo, porque esa
es su responsabilidad. En un país no hay otro actor que tenga
la fuerza, la convicción y la representación de un interés am-
plio para empujar los grandes proyectos de desarrollo y para
generar el bienestar de la sociedad.
Ese rol del Estado también se discute en la reforma al siste-
ma de educación superior, donde las universidades producen
el 90 por ciento del conocimiento, pero pareciera que la cien-
cia no es parte de ese debate...
- Eso lo veo con temor, porque si un país no tiene metas
máximas a las cuales aspirar el proceso
educacional queda trunco. Esto signi-
fica preocuparse más allá de la educa-
ción superior. Por eso, la ciencia y lu-
gares como Conicyt terminan siendo
centrales, porque siempre están mo-
viendo la frontera y evitando que los
sistemas se vuelvan estáticos. La cien-
cia introduce el dinamismo necesario.
Considerando justamente lo anterior,
¿cuál es su principal desafío en la di-
rección de Conicyt?
- Convencer a la clase política y a la socie-
dad de que el futuro de nuestro país tiene
que ver con la calidad de las preguntas que nos hacemos y con
el conocimiento que buscamos. Ése es el propósito de la ciencia.
También durante su gestión se producirá probablemente
el primer retorno masivo de becarios desde el extranjero.
¿Cómo observa la futura incorporación a la academia de
quienes se están formando?
- No tengo hoy una respuesta clara, ya que es un problema
que recién llega a mis manos. Sí es un tema complejo, por-
que este retorno es producto de un programa que no tenía la
suficiente claridad para ser llevado a cabo. No es suficiente
decir “voy a mejorar las opciones de formación”, porque uno
también debería pensar en no generar una debacle. Espero
que eso no ocurra.
“El futuro de nuestro país tiene
que ver con la calidad de las
preguntas que nos hacemos
y con el conocimiento que
buscamos. Ése es el propósito
de la ciencia”.
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