3
Nº 2 octubre 2014 / El Paracaídas
Hacia una institucionalidad para la ciencia
(La “metida de pata” de Longueira)
L
a provocación que le hizo Pablo Longueira a la co-
munidad intelectual y científica del país al anunciar el
traslado de Conicyt al ministerio de Economía, sirvió
para renovar los esfuerzos por conseguir la anhelada
institucionalidad para las ciencias y la inquietud de esta co-
munidad por generar una instancia de gobierno que acoja de
forma extensa y diversa la discusión de una política cultural
que incluya la científica y tecnológica (C&T).
En varios estudios se ha demostrado que el problema no es
de cuál ministerio deba depender Conicyt, sino la ausencia
de una política de Estado en materia de investigación C&T
que sea independiente de los gobiernos de turno y que cuente
con un presupuesto apropiado para su ejecución.
Luego del fallido intento de trasladar Conicyt a Economía,
la comisión presidencial sugirió la creación de un ministerio
para la ciencia. Cuando se creía que nada pasaría, al finalizar
su mandato, el presidente Piñera concretó el envío de un pro-
yecto que no llegó a trámite legislativo.
Luego, la candidata Michelle Bachelet no incluyó en su pro-
grama una propuesta para la C&T, no obstante en una reu-
nión con varios Premios Nacionales declaró sus intenciones
de crear un ministerio. El programa indica que fortalecerán al
ministro de Economía creando la Subsecretaría de Ciencia,
Tecnología e Innovación (CTI) para que sea esta autoridad
quien establezca las políticas y las orientaciones de los re-
cursos públicos. Además, incluye la creación de un Consejo
* Dr. en Bioquímica, Profesor Facultad de Ciencias y Director Programa
Académico de Bachillerato U. de Chile. Presidente Consejo de Sociedades Científicas.
para la Coordinación de las Políticas de CTI, presidido por
el ministro de Economía e integrado por todas las agencias
ejecutoras de las políticas de CTI. Por medidas menos drás-
ticas que éstas, la comunidad salió a protestar frente a La
Moneda. Recientemente, en una audiencia concedida por el
ministro Secretario General de Gobierno, Álvaro Elizalde,
los representantes de la comunidad científica le hicieron ver
lo negativo de esas acciones.
Esperamos que pronto se convoque a una comisión amplia
que esté dispuesta a revisar el conjunto de la institucionalidad
de la investigación incluyendo a las ciencias sociales, artes y
humanidades. Las propuestas contemplan un Consejo para la
CTI con una figura coordinadora que tenga rango de ministro,
como sucede con el Consejo de la Cultura o el Sernam y un
ministerio de C&T.
Algunos, más que un ministerio, prefieren un Consejo de
Ciencia de la República de Chile, que elabore y fiscalice las
políticas de ciencia a corto, mediano y largo plazo, que sea un
cuerpo autónomo del Estado y parte de uno más amplio res-
ponsable de nuestro desarrollo cultural.
¿Cuáles son los siguientes pasos a dar, cuando no existe la
posibilidad de crear durante este gobierno un ministerio para
la ciencia? Por ahora, crear una subsecretaría de C&T en el
ministerio de Educación y una de innovación en el ministe-
rio de Economía. En el futuro, ambas podrían formar parte
de un ministerio de ciencia o de un consejo nacional.
Hoy, avances en Conicyt nos hacen estar más optimistas: la
designación de Francisco Brieva como presidente, la creación
del Consejo de la Sociedad Civil y el anuncio de que se res-
tituirá su Consejo, declarado en receso en 1973. Debemos
estar alertas ante estas discusiones que cambiarán el estado
de la ciencia y la cultura en el país.
El problema no es de cuál ministerio deba depender
Conicyt, sino la ausencia de una política de Estado en
materia de investigación científica y tecnológica.
Por Jorge Babul C.*
