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Nº 2 octubre 2014 / El Paracaídas
Semanas atrás, en el contexto del criminal atentado cometido en el centro comercial de una estación de
metro de Santiago, en que la detonación de una bomba provocó heridos y gran conmoción pública, la di-
mensión ética de los medios y su rol en la construcción de imaginarios y realidades, volvieron a ser parte de
un insuficiente debate.
Al día siguiente del brutal bombazo del 8 de septiembre último, el diario La Segunda titulaba con enormes y
rojos caracteres “El Retorno del Miedo”. Esa noche, Canal 13, en su noticiero central, vinculaba el atentado de
Escuela Militar con el movimiento estudiantil utilizando imágenes de dirigentes de la FECh y de académicos
entrevistados días antes para una nota sobre colectivos estudiantiles.
La libertad de expresión y el derecho a la información no justifican el montaje y otras rutinas periodísticas que
vulneran no sólo los principios éticos de la profesión sino la dignidad y los derechos de personas y grupos bajo
el estigma y el estereotipo.
El malestar y la indignación que provocaron estas publicaciones no sorprende. Ante una ciudadanía mucho más
informada y más crítica, urge realizar una revisión de la situación actual de los medios de comunicación en Chile,
cuya pluralidad y diversidad siguen estando en tela de juicio desde inicios de la transición a la democracia.
Pareciera que la frase atribuida a un destacado editor, que repetía en los pasillos de su diario -“no dejes que
la verdad te arruine una buena historia”- traspasó los muros de ese medio para instalarse como una peligrosa
práctica en la que, al igual que en las novelas, en ese quehacer periodístico “cualquier semejanza con la realidad
es mera coincidencia”.
El Paracaídas aparece como una alternativa al panorama actual. Su espíritu: plantear e indagar en problemá-
ticas del país desde la mirada de la principal universidad pública, levantar las voces presentes en la pluralidad
de la institución, recoger y narrar historias que son parte, son espejo, son fotografía, del Chile en que vivimos.
Si en los setenta tuvimos el brutal “Exterminados como ratones” de La Segunda, hoy “El Retorno del Miedo”
no puede paralizarnos: las circunstancias son distintas, pero el desafío sigue siendo el mismo.
QUE LA VERDAD NO ARRUINE
UNA BUENA HISTORIA
Editorial
Por Faride Zeran
