RACISMO E
INMIGRACIÓN:
LA FIGURA DEL
“BUEN INMIGRANTE”
POR CLAUDIA ZAPATA SILVA
Directora del Centro de Estudios Culturales Latinoamericanos, Universidad de Chile.
FOTOS FELIPE POGA Y ALEJANDRA FUENZALIDA
“N
ingún ser humano es ilegal”, reza la
consigna que han levantado las orga-
nizaciones de inmigrantes en Chile, las
que durante más de una década se encuentran im-
pulsando la promulgación de una ley que supere los
estrechos marcos ideológicos del decreto que impera
sobre la materia desde 1975. En concordancia con
la política de seguridad nacional de la dictadura mi-
litar, ese decreto moviliza la lógica del enemigo in-
terno, identificando a los extranjeros con esa figura.
La propuesta de estas organizaciones, varias de ellas
agrupadas en el Movimiento de Acción Migrante
(MAM), es la creación de una ley que supere estos
marcos ideológicos y legales, tan obsoletos como dis-
criminatorios, y que se inspire en el paradigma de los
derechos humanos presente en los tratados interna-
cionales firmados por Chile.
Durante el mes de noviembre los partidos de derecha
agrupados en Chile Vamos presentaron una propues-
ta de ley que está lejos de ir en esa dirección, manifes-
tando más bien la opción de alinearse con las iniciati-
vas políticas que a nivel mundial están manifestando
un rechazo insensible e incluso irracional hacia los
inmigrantes y refugiados (el proyecto contempla la
expulsión para quienes cometan faltas relacionadas
con la situación migratoria o delitos comunes, en una
nefasta equiparación entre la comisión de delitos y
el estatuto de inmigrante). Más desoladores aún fue-
ron los apoyos que recibió el proyecto por parte de
las figuras presidenciables de Chile Vamos, Sebastián
Piñera y Manuel José Ossandón, especialmente el
primero, quien con declaraciones virulentas relacionó
a los inmigrantes con el crimen organizado. “Chile
debe estar abierto a recibir inmigrantes que aporten al
desarrollo de nuestro país, pero debe cerrar absoluta-
mente sus fronteras al narcotráfico, a la delincuencia,
al contrabando, al crimen organizado y también a la
inmigración ilegal”, fueron sus palabras.
Más allá del evidente oportunismo que despertó el
triunfo de Trump en Estados Unidos (y su fórmula
racista y misógina), resulta preocupante que una in-
tervención tan destemplada como esa lograra poner
marcos al debate. Si bien la frase de la criminalización
suscitó polémica, no ocurrió lo mismo con esa en que
se afirma que los inmigrantes deben ser un aporte al
país, la cual fue aceptada sin la problematización que
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Dossier / Nº4 2017 / P.P.