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muy grave. Puedo comentar que nunca, ni en las reuniones más reservadas que
participé o conocí, ni el Presidente Allende, ni el General Prats se refirieron a ese
peligro. Tampoco lo he visto mencionado por los numerosos autores que he podido
leer sobre este tema. Luis Pareto, por su parte, comentó que mientras él presidía la
sesión, Eduardo Frei Montalva, Presidente del Senado, le había pedido ocupar la
oficina de la Presidencia de la Cámara para reunirse, sin el acoso de los periodistas
con Aylwin, Luis Corvalán y Carlos Altamirano, entre otros, para buscar una salida
que permitiera evitar que se produjera la votación del referido proyecto. No hubo
acuerdo, porque según Pareto, Carlos Altamirano se negó y abandonó la reunión.
Corvalán en cambio, mostró su disposición para ello. Comentando esta afirmación
con Patricio Aylwin y Luis Corvalán, ambos declaran no recordar esa reunión.
Durante las oportunidades que tuve de discutir con partidarios del golpe y de
Pinochet en los duros años de la dictadura, siempre me sacaban el acuerdo como
ejemplo de apoyo al golpe. Por eso, no puedo negar que se usó para esos fines.
Radomiro Tomic lo menciona, después del golpe, como un hecho que ayudó a los
golpistas. El conocía nuestras intenciones cuando se aprobó, pero, al igual que
nosotros, reconocía algo evidente. La UP y la Derecha lo convirtieron en una
declaración de ilegitimidad del Gobierno. Así lo considera, el ex General Arellano, en
entrevista dada a El Mercurio en el mes de Septiembre de 2003.
Mi confianza en lo que hicimos se comprueba con las intervenciones que hicimos en
la Cámara, con los nuevos hechos dados a conocer por Luis Pareto y leyendo las
memorias del General Prats. Más adelante, incorporo la cita completa. Por ahora
sólo quiero resumirla. Allende le expresaba al General Prats, el 8 de Septiembre de
1973, en la tarde, que la DC buscaría su renuncia, para lo cual reuniría a sus
convencionales de provincia al día siguiente y buscarían una declaración de
inhabilidad del Parlamento. Se refería a esa reunión en que Aylwin rechazó
peticiones de llamar a la Fuerzas Armadas y se acordó, en cambio, que renunciarán,
como lo hicieron todos mis camaradas parlamentarios. Yo, que estaba fuera del
país, di mi asentimiento por teléfono. Incluso incorporé en mi informe a mis amigos
de América Latina la decisión adoptada por el partido. ¿ Si la DC estaba en el golpe,
para que reunir dirigentes y exigir a los parlamentarios su renuncia? Otra pregunta
relevante. ¿Si la Cámara de Diputados, en la visión de Allende, ya había declarado
la ilegitimidad del Gobierno, y la DC estaba por el golpe, para que una declaración
de inhabilidad? La explicación se puede encontrar en que, en esos días de
Septiembre, algunos sectores de Derecha promovían la declaración de inhabilidad
de Allende, basados en una norma constitucional establecida para situaciones en
que por enfermedad, demencia u otra situación similar, el Presidente no pudiera
desempeñar el cargo. Más o menos lo que hizo Pinochet y la Junta con el General
Leigh en su momento.
EL RECHAZO DC A LOS RESQUICIOS DE LA DERECHA
Pero ese era el criterio de golpistas sin criterio ni jurídico ni democrático. Patricio
Aylwin, expresamente se opuso a esa maniobra. En el Diario La Prensa del 11 de
Septiembre de 1973, sale al frente de criticas que rechazan la opción de renuncia
de los parlamentarios y demuestra que ello es constitucionalmente procedente. Y en
referencia a la posibilidad de renuncia o de declarar la inhabilidad de Allende dice
textualmente lo siguiente: ”hay quienes se empeñan en exigir la renuncia o la
inhabilidad del Presidente de la República. La renuncia del señor Allende-agregó-
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