De pertenecer a ese porcentaje más vulnerable, Alejandro
será un gasto menos para su familia, la que dispondrá de
“más recursos”.
El profesor de la Facultad de Economía y Negocios de la Uni-
versidad de Chile, Dante Contreras, plantea que lo que vie-
ne de la mano de la gratuidad es que “le estás aumentando
el ingreso disponible a un montón de familias de Chile. Eso
también es un efecto igualizador, es una mejora en los ingre-
sos disponibles en las familias y por lo tanto es una mejora en
bienestar. Eso va a generar que el ingreso
per capita
disponible
de esa familia se incremente y por lo tanto el espacio de posibi-
lidades de consumo en otros bienes se va a ver incrementado”.
El sistema universitario chileno está basado en la compe-
tencia por los estudiantes, quienes a partir de su elección, se
llevan su financiamiento o “voucher” a las instituciones que,
por diversos motivos, han preferido. Considerando que esta
reforma modificará ese enfoque a un financiamiento a la ins-
titución - es decir, a la oferta-, esta competición podría variar.
Para Mathias Gómez uno de los puntos favorables es que
“permite que se rompa un poco esta competencia por los
estudiantes en cuanto a financiamiento” por lo que las insti-
tuciones deberían “concentrarse más en temas de educación,
en diferenciación, que avancemos a tener muchas institu-
ciones de calidad y que la elección del estudiante sea por
los valores que tiene la institución, por la impronta, por la
composición que tiene”.
Para el Rector de la Universidad de Talca, Álvaro Rojas, la
gratuidad producirá cambios en la mentalidad de las perso-
nas. “Ya no vamos a competir entre las instituciones, sino que
vamos a velar como universidades públicas por entregar una
oferta de calidad, pertinente, en áreas donde el país requiere
su desarrollo, no solo en la formación profesional, sino en lo
que le es propio a la universidad: su investigación”, explica.
Según Víctor Orellana, mientras no se imponga una lógica
colaborativa, la competencia en el sistema no terminará. “La
colaboración implica definir papeles, en qué voy a colaborar,
qué voy a hacer. Mientras no haya eso lo único que hay de
posibilidad es competencia: cada uno se salva solo”. En ese
sentido, las definiciones sobre la orgánica del sistema resul-
tan fundamentales para pasar verdaderamente a un “cambio
de paradigma”, como han definido algunos actores este paso
a la gratuidad.
EL FUTURO DE LAS ESTATALES
La reforma a la educación superior creará dos nuevas uni-
versidades del Estado –en las regiones de O’Higgins y Ay-
sén- y quince centros de formación técnica, establecimien-
tos que engrosarán el número de instituciones estatales.
Si estas instituciones se suman a las 16 ya existentes en la
misma lógica actual de subsidio y de destinarlas a competir
en el mercado de la educación superior, puede que corran
la misma suerte que sus pares: las de vivir en condiciones
económicas muy poco óptimas.
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Nº 8 junio 2015 / El Paracaídas
Para Álvaro Rojas, rector de la U. de Talca, encaminarse a la gratuidad
significa para la universidad pública “volver a lo que Chile en parte
importante del siglo XX. El Chile republicano se forjó en gran medida gracias
a la educación gratuita, pública”.