esto o a través de subsidio y regulación estatal ir resolviendo
los problemas más bizarros de ese mercado”.
“Si tú prohibes el lucro con recursos públicos eso no significa
mecánicamente que avance la educación pública o que estás
saliendo del mercado educativo en el que nos metimos. Esa
es la incertidumbre”, dice Orellana.
EL CRITERIO CRUCH
Álvaro Cabrera, coordinador del equipo técnico de la Divi-
sión de Educación Superior (DIVESUP) del ministerio de
Educación, explicó que elegir un grupo de universidades para
comenzar no ha sido una tarea fácil, pero “si estamos hablan-
do que efectivamente queremos movernos de un paradigma
de financiar estudiantes a financiar instituciones que cum-
plan ciertos requisitos, el grupo del CRUCH, en general, está
mucho más cerca de ellos”.
Pero como ha detallado Francisco Martínez, Jefe de la DI-
VESUP, la elección del CRUCH representa sólo un criterio
de “elegibilidad”, es decir, que de ese sector del sistema, las
universidades que se plieguen a las condiciones de la política
de gratuidad podrán acceder a ella. La pregunta sigue siendo
cuáles van a ser esas condiciones.
Mathias Gómez, investigador de Política Educativa de Educa-
ción 2020 plantea que la fundación no estima que el CRUCH
sea un buen criterio para seleccionar a las universidades, “por-
que no tenemos tan claro qué es lo que hace distinta a una
universidad del CRUCH. Hay mucha diversidad: hay buenas
universidades para los dos lados”.Destaca que uno de los crite-
rios que debería haber primado es un porcentaje de estudiantes
vulnerables, “que las universidades se preocupen de tener una
diversidad a su interior, algo que nosotros también valoramos
como parte de lo que significa calidad en educación”.
“Se ha incluido un criterio que no tiene ninguna justificación.
Si lo que se busca es ayudar a jóvenes con condiciones vulne-
rables y mérito académico, y si ese es el criterio, no
se entiende por qué se crean dos castas de jóvenes;
una con un privilegio especialísimo y otra que, en
cambio, teniendo las mismas características no va a
tener acceso a esa oportunidad”, dice el investigador
del Centro de Políticas Comparadas en Educación
y académico de la Universidad Diego Portales, José
Joaquín Brunner.
Brunner plantea que en la política de gratuidad de
la educación superior, “el corte no hay que poner-
lo en dónde los estudiantes estudian, sino que hay
que ponerlo en función de las reales necesidades socioeconó-
micas”. El anuncio “muestra en la reforma una vez más un
grado bastante alto de improvisación, en el sentido de que
está técnicamente mal fundada, políticamente su objetivo se
revirtió”, asegura.
GRATUIDAD Y COMPETENCIA
Ingrid Cuevas, mamá de Alejandro Leal, está preocupada
porque “no se ha explicado cómo sabremos si es del 60 por
ciento. No sé si por la suma de mi sueldo y el de mi marido
-que son aproximadamente 500 mil pesos-, podrá acceder”.
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El Paracaídas / Nº 8 junio 2015
“Si tú prohibes el lucro con recursos públicos eso no
significa mecánicamente que avance la educación pública
o que estás saliendo del mercado educativo en el que nos
metimos. Esa es la incertidumbre”, dice Víctor Orellana.