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Nº 6 abril 2015 / El Paracaídas
El debate en torno a legislar sobre una ley que permita el aborto en casos que -por obvios- en muchos países
ni se lo plantean; re!exionar sobre la relevancia del nuevo rol de la U. de Chile a la cabeza de las universidades
del Estado; discutir si es pertinente la selección en liceos emblemáticos, o si en de"nitiva es parte de una lógica
discriminatoria propia de un sistema marcado por el exitismo y la competencia; analizar lo que viene en materia
de políticas públicas en torno al libro y la lectura, son algunos de los temas contenidos en este número y que nos
estimulan a revisar una vez más la dicotomía entre periodismo y relaciones públicas.
La premisa de que la Universidad de Chile piensa al país desde sus facultades e institutos, y que su demanda de
excelencia en todos los ámbitos tiene como horizonte precisamente contribuir al fortalecimiento y desarrollo de
la sociedad a la que se debe, presume, a lo menos, que en la Chile no hay agendas privadas y que nuestro quehacer
puede ser expuesto sin miedo al escrutinio interno y externo.
De allí que intentar un periodismo que, dentro de los marcos institucionales, contribuya a aportar elementos
para enriquecer y densi"car un debate informado con estándares profesionales que exijan de parte de quienes lo
ejercen una dimensión ética, rigor, y compromiso con un quehacer alejado de todas aquellas prácticas que repre-
sentan las relaciones públicas, constituye no solo un desafío sino una necesidad.
Las mismas que asumen las fuentes, que más allá de sus títulos y grados académicos deben hacerse cargo de sus
capacidades de comunicar con la misma seriedad y energía que utilizan para escribir sus papers o preparar la clase.
Acercar ambos objetivos no es tarea fácil, al punto que muchas instituciones optan por subsumir las comunica-
ciones a las relaciones públicas, lo que les garantiza un ejercicio incondicional y amable en lo interno, acotando
el quehacer periodístico al afuera, en tanto intruso y extraño a las lógicas institucionales.
“El Paracaídas”, un nombre que nos refriega en la herida y por tanto incomoda, como algunas de sus portadas,
como más que un artículo, por esta por"ada certeza de que sí es posible hacer periodismo en un marco institucio-
nal, celebra su sexto número. Esta vez con más páginas para compensar su ausencia debido al receso universitario
de febrero y con temas que, esperamos, sigan estimulando el debate de todos los sectores.
Porque si bien en la Universidad de Chile todas las verdades se tocan, como señalara Andrés Bello, desde estas
páginas quisiéramos propugnar que en ese contacto virtuoso estén representadas con nitidez aquellas verdades
que nos remiten a los valores laicos, pluralistas y republicanos que son constitutivos del
ethos
de esta Universidad.
PARA QUE TODAS
LAS VERDADES SE TOQUEN
Editorial
Por Faride Zeran