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Nº 6 abril 2015 / El Paracaídas
EL ABORTO EN LOS MEDIOS
E
n medio del verano, el Ejecutivo
envió al Congreso el proyecto que
regula el aborto en tres causales
“extremadamente delicadas”. Sin
embargo, la iniciativa reconoce menos de
lo que el Código Sanitario garantizó hasta
1989 y el “debate” público se ha caracte-
rizado por ampli"car voces y actores que
santi"can –literalmente- el
status quo
.
El titular de La Segunda con la entrevis-
ta a la entonces ministra de Salud, Helia
Molina, nos regaló un secreto a voces
que jamás imaginamos en un diario del
stablishment
: que el aborto es cuestión
de clase. El gusto salió caro: la ministra
renunció. Patricio Walker, presidente de
la DC, dijo que mejor se discutieran las
causales una a una, para que el rechazo
de una no comprometiera las otras.Mar-
celo Schilling, del PS, dijo que no podría
asegurar voto unitario a favor de la re-
forma. Pablo Lorenzini –ah, Lorenzini-,
de la DC, dijo que hay mujeres que con
un trago de más “tienen violaciones”.
Sánchez dijo que en la UC no toleraría
abortos ni contrataría profesionales dis-
puestos a practicarlos. Ezzati llamó a los
“católicos civiles” a la calle. Hombres.
Los medios registran, cual notarios,
lo que dijeron o dejaron de decir los
Walker o los Lorenzini. De tanto en
tanto, incluyen la voz de una mujer que
accedió a un aborto en una clínica pri-
vada; una opinión al pasar, en alguna
extensa entrevista en revista de papel
couché
, diciendo que apoyan la despena-
lización del aborto y de la marihuana;
alguna foto de la marcha del 8 de marzo
y sus carteles. Con suerte, puede que in-
cluyan alguna feminista, alguna experta.
En tanto notarios, los medios miran
para el lado y omiten algo central del
debate: la maternidad debiera ser vo-
luntaria. En un estudio en curso en el
Instituto de la Comunicación e Ima-
gen, ICEI, en el marco de un proyecto
Por Claudia Lagos Lira*
Bicentenario, en conjunto con la Dra.
Lorena Antezana, estamos revisando
distintos portales noticiosos, qué han
publicado sobre aborto y qué dicen sus
lectores. La primera impresión que sur-
ge es que la cobertura se concentra en lo
que dicen o dejaron de decir actores po-
líticos –hombres-, y que se recurre rei-
teradamente a imágenes e ilustraciones
de embarazos avanzados y fotografías
o imágenes de embriones o fetos, lo
que genera discursos contradictorios
especialmente cuando se trata de artí-
culos que ofrecen enfoques o voces que
promueven la despenalización.
En un sistema de medios volcado a la
cobertura o"cial, el proyecto al menos
ha gatillado una explosiva cobertura
mediática sobre el tema y, efectiva-
mente, es posible encontrar conte-
nidos, enfoques y vocer@s que hace
cinco años eran impensados. Sin em-
bargo, urge que los medios abandonen
su enfoque de notarios y contribuyan
con el debate público; que no solo se
concentren en quién dijo qué y se su-
merjan en las cifras. Que empaticen
con las mujeres, busquen otras voces,
miren la historia y promuevan un en-
foque de derechos en una sociedad
que se supone laica y plural.
En tanto notarios, los
medios miran para el lado
y omiten algo central del
debate: la maternidad
debiera ser voluntaria.
*Profesora Asistente ICEI. Periodista, magíster en estudios de Género, estudiante de doctorado en
Media and Communications, ICR, University of Illinois at Urbana-Champaign.