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El Paracaídas / Nº 5 enero 2015

dades. En el caso de los sectores me-

dios bajos, que típicamente eligen es-

cuelas municipales selectivas o escuelas

particulares subvencionadas baratas,

manifiestan básicamente un deseo de

asegurar un cierto mínimo de conten-

ción social en las escuelas. Estos padres

buscan seguridad, mantener a sus hijos

al margen de prácticas que ellos ven

como potencialmente disruptivas para

su proceso de formación. Esto lo he-

mos codificado como un miedo a una

especie de degradación social.

¿Esto no tiene que ver con el arribis-

mo ni con pretensiones de diferencia-

ción social?

-Hay ciertas orientaciones que uno

podría llamar arribistas, pero nosotros

no creemos que la esencia de la expli-

cación esté ahí. No es tanto un deseo

de pasar por clase media alta, de subir

a otro estatus. Es, más bien,

asegurar lo poco que han

conseguido en un país tan

desigual como Chile.

¿Es ese el apoderado que

marcha con la Confede-

ración de Padres y Apo-

derados de Colegios Par-

ticulares Subvencionados

(Confepa)?

-No conozco la base social

de la Confepa, pero sí está

claro que ha existido una activación de

este temor. Es un temor a escuelas que

no logran contener la disciplina, que no

logran dar seguridad.

¿Y la clase media, esa de la que tanto

se habla?

-En el caso de sectores de clase media

que van a escuelas particulares subven-

cionadas caras o a escuelas particulares

pagadas baratas, hay una compara-

ción de proyectos educativos durante

el proceso de elección. Pero al mismo

tiempo muchos de estos padres tienen

experiencias de búsquedas fracasadas,

porque varias escuelas eran solo una

fachada de buena educación. Hay mu-

cha sensación de publicidad engañosa.

¿La elite también es parte de este

proceso?

-En los sectores de clase alta, prima

una lógica de cierre social, de exclusión

del resto, donde los padres saben que

están comprando la pertenencia a clu-

bes que dan estatus.

Considerando esta investigación, ¿es

posible intuir que si se fortalece la edu-

cación pública, podría ser una alter-

nativa real para esas familias que hoy

prefieren los colegios subvencionados?

-La evidencia que tenemos de este es-

tudio y de otros complementarios es

que cuando la escuela pública logra

mantener una gestión ordenada y un

buen desempeño despeja estas sospe-

chas sobre su capacidad de contención

social. En muchos casos, estas escue-

las son preferidas por las familias.

Los padres no tienen una disposición

ideológica que los haga preferir las

instituciones privadas

per se

. A Chile

le falta una columna vertebral de es-

cuelas públicas, que sean capaces de

garantizar oportunidades educativas

sustantivas para todos. Así tendremos

un sistema público que no sea estig-

matizado y que además pueda gestio-

narse con calidad.

En ese sentido ¿qué rol le compete a la

Universidad de Chile en el fortaleci-

miento de la educación publica?

-Hay que entender a la Universidad

como parte del sistema de educación

pública. La Universidad de Chile tiene

la traumática herencia de la reforma

de la dictadura que implicó arrebatarle

el Instituto Pedagógico, desvinculán-

dola así del sistema escolar. La primera

misión, entonces, es reconectarse con

el sistema educacional en su conjunto.

Esto implica tener colaboración con los

subsistemas de educación pública que

el país requiere. Ahí la Universidad de

Chile debe tener un rol de asesoría, de

acompañamiento de esta reinauguración

de una nueva educación pública. Otra

reconexión esencial con el sistema esco-

lar es la formación docente. La Univer-

sidad ha retomado desde hace ya veinte

años la formación docente en secundaria

y, más recientemente, en

primaria y parvularia. La

Universidad debe formar

a los mejores profesores

para la educación pública,

trabajando directamente

con las escuelas y liceos.

Esto significa formar pro-

fesores capaces de resolver

los problemas pedagógicos

y educativos que enfrentan

los niños y jóvenes a lo lar-

go de Chile. Y, finalmente,

la Universidad debe continuar con su

labor de generación de conocimiento

sobre el sistema educacional, que se ha

desarrollado en distintas facultades du-

rante estos años y, en esta última media

década, también en el CIAE. Toda la

investigación de calidad en educación

tiene relevancia, pero además debe tra-

tar de buscar soluciones a los problemas

que aquejan a los niños pobres y a las

escuelas públicas. Se debe apoyar una

agenda de investigación que contribuya

a la búsqueda de mayor igualdad en el

sistema educacional.

“Así como Chile se convirtió en un reconocido

laboratorio de políticas educativas de libre

mercado, tiene ahora el potencial de convertirse

en un ejemplo de cómo movimientos sociales

pueden impactar y cambiar sensiblemente

la agenda educacional”