La historia de las
sedes de la Universidad
Por María Eugenia Horvitz V. */ Foto: Felipe PoGa
E
l artículo 11 del Estatuto de la
Universidad de Chile de 1971
dice: “Las sedes propenderán
con su actividad al desenvolvi-
miento de la región en que estén situa-
da”s. Con este Estatuto culminaba un
proceso de apertura de la Universidad
hacia las regiones que se había inau-
gurado en 1950, cuando el entonces
Decano de la Facultad de Filosofía y
Educación, profesor Juan Gómez Mi-
llas, pidió al Consejo Universitario la
incorporación a la Universidad del Ins-
tituto Pedagógico de Valparaíso, lo que
fue aceptado por el gobierno en 1954;
comenzando con esto la instalación de
la primera sede provincial de la Univer-
sidad de Chile, y que en menos de 10
años llegaría a tener escuelas de prác-
ticamente todas las disciplinas univer-
sitarias. Junto al Instituto Pedagógico
se crearon las escuelas de Medicina, de
Derecho, de Obstetricia, de Economía
y un Curso de Arquitectura; además de
un Departamento de Ciencias del que
dependía la Estación de Biología Mari-
na de Montemar.
A partir de 1957,la Universidad de Chi-
le recibe el mandato de crear un centro
de actividades universitarias para las
provincias de Tarapacá, Antofagasta y
Atacama. Para este fin, en colaboración
con la Universidad Técnica del Estado
—con los aportes del Departamento del
Cobre y del Comité de Antofagasta—,
y por medio de la ley Nº 12.084 del 18
de agosto de 1956, sobre reforma tribu-
taria, se entregó fondos para la creación
de un Centro Universitario con sede en
Antofagasta que absorbiera la pobla-
ción de estudiantes provenientes de esa
zona que afluía a Santiago (que llegaba
a un 60 por ciento de los estudiantes de
la Universidad Técnica).
El centro estaría dirigido por un
Consejo integrado por un representante
de CORFO, uno del Departamento del
Cobre y otro del Comité deAntofagasta.
Para esta expansión entregó fondos
que pasaron de 100 a 200 millones
de pesos. Las futuras sedes del norte
fueron estableciéndose en un proceso
que cuidó la docencia, la investigación
y la relación con el medio. A lo que se
agregó la prioridad de facilitar el ingreso
a la Universidad de esas provincias que
podían hacerlo gratuitamente, e incluso
se crearon alojamientos especiales.
En los rectorados de los profesores Juan
Gómez Millas y Eugenio González
Rojas se procuró expandir la Universi-
dad a todas las regiones. En una prime-
ra época a través de Colegios Regiona-
les para Bachilleres y escuelas técnicas
que fueron transformándose en sedes
más completas, como fueron las de La
Serena, Temuco, Talca, Osorno, Arica.
Estas sedes hacia 1969 constituían los
Centros Universitarios de la Universi-
dad de Chile.
Esta voluntad del Estado y la Univer-
sidad pretendía dotar al país de polos
regionales de desarrollo, con presupues-
tos adecuados y con una dependencia
de Santiago que cada vez era de menor
envergadura, propendiendo la autono-
mía de su gestión, siendo cada vez más
importante el aseguramiento de la ca-
lidad académica, haciendo fluir un in-
tercambio permanente de académicos
y estudiantes. Junto con buscar los me-
dios financieros para sostener los obje-
tivos que se habían tenido para crear las
sedes que apuntaban principalmente al
desarrollo del país de modo armónico,
sin descuidar la democratización, sobre
todo en lo relativo al ingreso a la Uni-
versidad. Por ejemplo, Rolando Mellafe
reporta que ya en 1961 las escuelas pro-
fesionales en Santiago tenían solo un 1,
3 por ciento de alumnos provenientes
de hogares de obreros y campesinos,
Desregulación de la educación superior:
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El Paracaídas / Nº 5 enero 2015