El Paracaidas - N°1 2014 - page 20

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El Paracaídas / Nº 1 septiembre 2014
EL GOLPE EN LA UNIVERSIDAD
“A pesar de todo, no vimos venir el golpe de Estado ni sus
consecuencias para la Universidad. Esa mañana yo no alcancé
a llegar a la Casa Central, porque cuando venía caminando
por la Plaza Bulnes me encontré con un mayordomo de la U
que me mandó para la casa diciéndome que había un golpe y
estaban los militares por todas partes. Eran las 8 de la mañana.
Cuando volvimos, un par de días después, era un lugar total-
mente diferente, nadie hablaba siquiera. El rector Boeninger
ya no regresó y lo reemplazó el señor César Ruiz Danyau,
primer rector designado por los militares. Poco a poco quie-
nes estaban más inmersos en la política fueron despedidos y
se perdieron las sedes regionales, adonde viajábamos a vera-
near y a jugar a la pelota en Antofagasta o Temuco.
De los dirigentes estudiantiles de esa época recuerdo a Alejandro
Rojas, quien tras el golpe de Estado tuvo que irse a Europa.
También conocí a Germán Quintana y Carolina Tohá, que
vinieron a tomarse la Casa Central en una oportunidad pero
fueron desalojados rápidamente.
Ahora he tenido más contacto con los estudiantes que el que
teníamos antes del ‘73. A diferencia de esos tiempos, cuando
se toman la Casa Central se acercan a conversar con nosotros,
los estudiantes y también sus dirigentes como Gabriel Boric
y Camila Vallejo. En los años ‘70 no conversábamos con los
presidentes de la FECh, sólo los atendíamos en la rectoría
cuando venían.
Yo creo que está bien que luchen los estudiantes. Actualmente
trabajo como nochero de Casa Central, tengo un hijo de 18
años que quiere estudiar periodismo y me gustaría que estudie
en la U. de Chile, pero cuando me jubile voy a ganar menos de
la mitad de mi sueldo y no voy a poder costearle los estudios”.
“E
ntré a trabajar a la Universidad de Chile hace 44
años, en julio de 1968, gracias a un tío que traba-
jaba en la rectoría, y el primer rector que cono-
cí fue don Eugenio González Rojas. Tenía 18 años recién
cumplidos, era muy joven y la Universidad vivía un período
intenso debido a la reforma universitaria. Mi labor era aten-
der rectoría.
Al poco tiempo de haber llegado los estudiantes se toma-
ron la Casa Central y el rector González renunció, siendo
reemplazado por don Ruy Barbosa y luego de las eleccio-
nes de 1969 por el rector Edgardo Boeninger.
En ese momento existía la Asociación de Profesores y Em-
pleados de la Universidad de Chile (APEUCH) y había
una alta participación de funcionarios en la vida interna
de la Universidad. Esa fue la única vez que pude votar, y
aunque nuestro voto no valía casi nada era algo importante
para nosotros. Perder ese derecho y no haberlo recuperado
en todos estos años fue algo muy triste para nosotros.
La Casa Central en esa
época era un espacio lleno
de actividad, los estudian-
tes venían a manifestarse
y se solían hacer reunio-
nes de funcionarios. Pero
los últimos meses del
rector Boeninger fueron
muy tensos ya que había
diferencias importantes
entre él y el Secretario
General Ricardo Lagos,
que era partidario de la
Unidad Popular”.
“Perder el derecho
a voto y no haberlo
recuperado en todos
estos años fue algo muy
triste para nosotros”.
“No vimos venir el golpe de
Estado ni sus consecuencias
para la Universidad”
Por Felipe Ramírez S. / Foto: Alejandra Fuenzalida B.
Hugo Morales, una vida en la Casa Central
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